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miércoles, 10 de octubre de 2007

Cuarenta años del Ché

Buen momento para reflexionar sobre su figura, cuando se cumplen cuarenta años de su muerte. Más allá de lo que hizo en vida, que queda de su espíritu, de una manera algo somera. Los que lo califican de asesino, nuevamente carecen de saber contextualizarlo históricamente, están al nivel de que sus recetas son universales. No vamos a negar que es un guerrillero, y que su muerte en Bolivia por el ejército y el apoyo de la CIA, en 1967, ha contribuido a mitificar su figura. Pero luchaba contra dictaduras o gobiernos corruptos y alejados del interés del pueblo. O que prohibió la tortura a prisioneros, y que incluso llegó a prestarles atención médica él mismo. Como el del dictador corrupto cubano Batista, que parece que antes de Fidel Castro hubiera una democracia en Cuba. Propagado principalmente por el exilio cubano en Miami, a los que muchos de ellos les confiscaron sus grandes riquezas y son incapaces de promover un cambio desde la isla. Más parecen interesados en que Cuba fuera un país satélite de EEUU. Batista hizo una dura represión contra los movimientos socialistas y obreros cubanos. Y de no ser por el embargo a Cuba, quizá Fidel no tendría esa excusa para acaparar el poder, su revolución pasó de socialista a comunista, debía acercarse a la otra gran superpotencia de la Guerra Fría, la URSS. Más aún después de la crisis de los misiles y el intento invasor de bahía de Cochinos.





Hombre de acción y no de despacho, intentó seguir la revolución por América Latina. A la que consideraba una unidad política, desde sus viajes de juventud, con problemas similares y para los que había que aplicar una solución socialista aplicada a su contexto. Influencia del doctor Pesce y la visión del marxismo siguiendo a Mariategui. En su labor de médico pudo observar esas miserias. Sin olvidar a José Martí, héroe cubano, que estudió en Zaragoza, y que influiría también a nivel ideológico. En toda América Latina. Una de cuyos versos es: Admiro a quien de un revés echa por tierra a un tirano, lo admiro si es un cubano, lo admiro si aragonés. Una cierta influencia de la revolución permanente de Trotsky, sin ser trotskista. Y un cierto desencanto con la deriva del marxismo en la URSS. Ese ideal sigue hoy vigente, y muchos de esos problemas de desigualdad social, agravados por la políticas neoliberales impuestas desde el Fondo Monetario Internacional y el banco Mundial. Sus propios asesinos lo encumbraron aún más fotografiándolo, por su parecido con el Cristo muerto de Mantegna, algo que por supuesto desconocían. Había que mostrarle muerto como escarnio público y golpe moral.



Hoy en día de un modo sarcástico, su efigie está en multitud de objetos, es un icono comercial. Uno se pregunta cuanta gente que lleva su cara en una camiseta o chapa sabe realmente lo que lleva. Otros muchos por supuesto que sí. Creo que tendría que haber un compromiso mayor, no vale con llevar su cara y quedarse ahí. Tiene que haber un espíritu de solidaridad con los demás y una cierta formación socialista, buscando una sociedad más justo. No ser un mero acto cool. Tener estas ideas conlleva llevarse políticamente más disgustos que alegrías, porque se tiene una conciencia y una preocupación, no una actitud pasota ante el mundo que te rodea. Quien no la tiene quizá viva más feliz, pero es menos solidario con los demás. A veces da la sensación de ni siquiera contar con el apoyo de gran parte de la gente que defiendes con tus ideas, cierta incomprensión, prejuicios o desconocimiento. Eso sí, las alegrías cuando llegan, son grandes. En una sociedad consumista e individualista, donde el capitalismo sigue perjudicando a la mayoría de la población. Ese creo que es el mayor mensaje que tenemos. Intentar creer en una sociedad más justa y luchar por ello, cada uno en la medida de sus posibilidades.

lunes, 11 de septiembre de 2006

11 de Septiembre de 1973

Desde hace cinco años el 11 de septiembre es una fecha marcada a sangre y fuego en el mundo occidental, por los atentados de las torres gemelas. Sin embargo para otros ya era fecha a recordar, para que acontecimientos así jamás vuelvan a suceder. Una grotesca coincidencia hace que EEUU sea responsable en gran parte de provocar una tragedia en Chile, y de 28 años después sufrir una masacre de inocentes. Para ese sector de gente que no nos flojea la memoria dependiendo de quien sea la víctima, recordamos con rabia y nostalgia la romántica aventura socialista de Salvador Allende en Chile. Cuya figura sigue siendo hoy un referente político, me atrevería a decir que incluso minusvalorado, aunque sea involuntariamente, por ejemplo frente a la sarcásticamente comercializada efigie del Ché.

Allende era un político del pueblo, que tardó dieciocho años en llegar a la presidencia, desde que inició el camino en 1952. Para ello no dudó en recorrer todo el país, entranado a las casas como uno más, ni por encima ni debajo de la gente de a pié, a charlar. De una manera sincera y haciendo al pueblo protagonista. Presagiando lo que sería el eje de su gobierno. En 1970 tuvo que trabajar duro para ser el candidato de la Unidad Popular, y convencerles de que era posible la vía chilena al socialismo. Viendo el contexto internacional de la Guerra Fría, las fricciones de la URSS con otros países comunistas como China o la Yugoslavia de Tito. Logrando vencer al candidato derechista Alessandri. Durante su mandato no hubo perseguidos políticos.

Ya hablaba aquí de un punto fundamental, la independencia económica, discurso de plena actualidad, como haría en la ONU. Lleno de valores humanistas, socialistas, valentía, largamente aplaudido, magistral. Quizá no era plenamente consciente del peligro que conllevaba, plantar cara al imperialismo económico, uno de los motivos en el posterior golpe de Estado fascista, EEUU no apoya a un dictador sin nada a cambio. Hoy en día lo seguimos viendo, corregido y aumentado, como la independencia de los estados se ve mermada por la supremacía de la economía capitalista sobre el poder político democráticamente elegido. La bella utopía socialista, el jolgorio y esperanza en las calles, se verían truncadas.

Siniestra fotografía, reflejo del alma negra y corrompida.

El asesinato de Schneider, militar convencido de la no intervención del ejército en la política, ya preveía la actitud fascista de la extrema derecha, de los traidores a la voluntad popular. Con un Kissinger que obtendría de un modo lamentable e incomprensible el premio Nobel de la Paz por la paz, que no acababa de llegar en Vietnam, otro capítulo negro de la política exterior estadounidense, sarcásticamente concedido en 1973. Los miles de muertos y torturados en Chile son su aval para el premio. Entre ellos Víctor Jara, que ponía música a estos ideales. Costa Gavras hizo una gran película sobre esto, "Missing" de 1982, tratada desde el punto de vista de un desaparecido más, estadounidense, y la transformación que sufre su padre, que no comprende el idealismo de su hijo, puede interpretarse como los ideales de paz y justicia son avasallados por el totalitarismo. A mi me quedó marcada la secuencoia de un caballo blanco al galope por las desiertas calles de Santiago de Chile por el toque de queda nocturno, entre las hogueras de los milicos.

"Allende"

Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que congregar todos los odios
y además los aviones y los tanques,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que bombardearlo hacerlo llama,
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que desatar la guerra turbia,
para vencer al hombre de la paz
y acallar su voz modesta y taladrante
tuvieron que empujar el terror hasta el abismo
y matar mas para seguir matando,
para batir al hombre de la paz
tuvieron que asesinarlo muchas veces
porque el hombre de la paz era una fortaleza,
Para matar al hombre de la paz
tuvieron que imaginar que era una tropa,
una armada, una hueste, una brigada,
tuvieron que creer que era otro ejercito,
pero el hombre de la paz era tan solo un pueblo
y tenia en sus manos un fusil y un mandato
y eran necesarios mas tanques mas rencores
mas bombas mas aviones mas oprobios
porque el hombre de la paz era una fortaleza
Para matar al hombre de la paz
para golpear su frente limpia de pesadillas
tuvieron que convertirse en pesadilla,
para vencer al hombre de la paz
tuvieron que afiliarse siempre a la muerte
matar y matar mas para seguir matando
y condenarse a la blindada soledad,
para matar al hombre que era un pueblo
tuvieron que quedarse sin el pueblo.

Mario Benedetti

Qué inocentes éramos

 Septiembre es un mes que emana cierta melancolía. El verano va acabándose y empiezan a amarillear las hojas. Me gusta la luz tamizada y una...