jueves, 6 de septiembre de 2012

Basagoiti contra EH Bildu

Como en esta ocasión no han podido consumar el pucherazo que llevó a Patxi López a ser lehendakari, se van curando en salud y pretenden aislar políticamente a la izquierda abertzale, todo ello, eso sí, muy democráticamente. Antonio Basagoiti es un político contrario a la normalización política en Euskal Herria porque eso significaría que se queda sin discurso. Un PP que por más que les pese es una fuerza política residual en el contexto vasco y que está sobrerrepresentada, al ser Álava donde sacan más votos siendo la provincia menos poblada, pero las tres tienen 25 representantes. Además que lo hace sibilinamente, sin citar pero sabiendo todo el mundo a quién se refiere. Mientras unos avanzan, otros se quedan anclados en el pasado. Así trae una carta remitida a Patxi López y a Iñigo Urkullu que si lo firmas eres demócrata y si no, no lo eres, ya que son ellos y sus medios afines los que otorgan esa condición.

Los partidos políticos democráticos para poder tener relaciones políticas normalizadas sea imprescindible la crítica del terrorismo de ETA, el reconocimiento del daño causado y la ausencia de cualquier tipo de justificación de su trayectoria criminal.

Ya empieza entre partidos democráticos y los que no lo son. Los primeros incluyen el poder serlosin criticar el terrorismo de estado ni la dictadura franquista, ni reconocer el daño causado. 

Euskadi no se puede permitir ninguna involución como la que pretenden quienes no han sido capaces de hacer autocrítica del respaldo prestado a la eliminación del adversario ideológico, y aún siguen pretendiendo obtener un rédito político por el hecho de haber asesinado o aplaudido el terrorismo. Tampoco es procedente tratar de igual a igual, en términos políticos, a quienes siguen negando la condición de vasco a quien no piensa como ellos.

Estamos esperando a la autocrítica del PP por haber sido fundado por franquistas, que no han renunciado a los privilegios heredados de la dictadura a nivel de posición política, social y económica. Tampoco a quien niega la condición de demócrata a quien no piensa como él ni la condición de víctima a quien no lo sea de ETA. Euskadi no puede permitirse esa involución de seguir en el pasado. 

Garantizar que todos los ciudadanos puedan expresar sus opiniones democráticas con plena libertad. Euskadi debe ser un espacio libre de amenazas y libre de extorsión.

Las pasadas elecciones hubo miles de personas a las que se quitó la opción de votar y en estas y las locales la de ser elegible. 

Ninguna pretensión política puede pasar por encima de la pluralidad que representamos los vascos. Somos diferentes y esa diferencia tiene que convivir en paz y en libertad. No caben proyectos que aspiran a imponer y uniformizar.

Por eso solo cabe un Pais Vasco dentro de España y asignando la condición de demócrata a quien piense como él. De hecho ha mostrado muy poca empatía por las víctimas del fundador de su partido, Manuel Fraga, en Vitoria en 1976 a las que sigue sin considerar víctimas, ni a las víctimas de la violencia policial entre 1968 y 1978, en la línea de Rosa Diez, otra clara enemiga de la normalización política.


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