Hay cosas que no cambian, como la monotonía que en este país ha acentuado la pusilánime gestión de Marcelino Iglesias. Se sigue pensando igual y mandando los mismos. Al final da la sensación de que viven en una burbuja. Ejemplo de ello es la política hidráulica de Marcelino. Nada le ha hecho cambiar, ni las movilizaciones, ni las leyes europeas, ni los sopapos recibidos desde el gobierno español. Queriendo dar una imagen falsa de consenso además. Se puede leer en Aragón digital.
Es lamentable que su política hidráulica se siga basando en el pacto del agua de 1992. No puede mentir sobre el papel de la comisión del agua, que ha consistido en presentar ante la sociedad un consenso en las obras jugando con las cartas marcadas. Sin dar verdadera opción a debatir, a tener en cuenta otra manera de actuar. Porque rebajen de 1500 a 1000 hm3 Yesa, ni se trata de un acuerdo ni quitan los graves problemas de seguridad. Y que encima diga que se prioriza la seguridad, si lo hicieran, harían caso a los avisos que ha dado Yesa y a los estudios de los expertos. Como guinda a la sucesión de desatinos, le parece bien la fusión de medio ambiente con agricultura, con un matiz, evidente, que agricultura acelere (pantanero de toda la vida) y medio ambiente, frene, aún viendo los precedentes y los cambios que ha habido con Espinosa.
Y hablando de ríos, y relacionado con la laxitud del gobierno aragonés respecto al ladrillazo, copiando lo malo de los demás en vez de lo bueno. Entre 1998 y 2006 se extrajeron de los ríos aragoneses 6,35 millones de m3 de áridos. Triplicando la extracción. Aún así las empresas no se dan por contentas, y piden libertad total para ejecutar esta actividad tan agresiva con nuestros ríos. Que a su vez nutre la especulación inmobiliaria. Con unos "argumentos" llenos de desfachatez. En lo que estoy de acuerdo e que son aliados contra las avenidas, en levantar diques y aprovecharse de la extracción para destrozar los ríos.
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