miércoles, 29 de agosto de 2007

Rosa Díez deja el PSOE

Por fin, le ha costado años, pero al fin sigue lo que le marcan sus ideas y deja el PSOE. Quizá a ello contribuía su eurosueldo de eurodiputada. Siempre me ha parecido alguien con demasiado nervio, prepotente, mandona y sabelotodo, que parece que se cree por encima de los demás, y quizá sólo esconda un complejo de inferioridad, de esas personas que les gusta ser el centro de atención. Aunque en muchos temas el PP y el PSOE se parecen, y más en los que ella hace hincapié, modelo de estado y terrorismo, parecía realmente una infiltrada del PP. Sólo ella conoce la verdadera democracia, sólo tiene una forma de aplicarse la suya. Los demás estamos moralmente por debajo por no compartir enteramente sus postulados. ¿Quién es ella o nadie para juzgar así a los demás? Sólo hay una forma de luchar contra el terrorismo. La única forma de todo esto es la manera nacionalista española. Es de esas personas que ridículamente se denomina no nacionalista. Pero no se quita de la boca la palabra España, quiere imponer la españolidad a quien no la siente, hace ostentación de la bandera española, se preocupa de que esté en los edificios oficiales, pero no sí es la local o autonómica, y monta chandríos si no está. De la estirpe españolista de toda la vida, como Bono, Ibarra, Acebes y compañía.





Ese simplismo de asociar lo bueno y democrático a España, fuera de ahí ni se es demócrata ni bueno. Le falta mucha tolerancia. Contribuye a la crispación y al enfrentamiento porque vive de él. Al igual del terrorismo, pero se opone a cualquier solución pacífica para solucionarlo, incluídas las de su ex partido. ¿Que van a ofrecer a la gente para votarles si no es ésto? Me da que no vamos a conocer su programa más allá del españolismo, al igual que Ciutadans. Vaya dos. Ha creado un nuevo partido que parece querer resucitar a la UCD, hasta tiene nombre similar, UPD, Unión Progreso y Democracia. Se ha rodeado de como Ciutadans de gente que se las da de intelectuales, que no se preocupa de identidades y símbolos, y demuestran lo contrario. Lo único positivo al igual que con Ciutadans, es que puede quitar votos a PP y PSOE. Esa es otra, están sobrerrepresentados, por más que digan cínicamente que lo están los nacionalistas periféricos, si fuera así ya lo habrían cambiado, si les fuera mal. La solución es echarlos del congreso, ¡que democrático! Quitar la opción de voto a miles de personas, como ya han hecho con los abertzales. La democracia española sólo admite votos españoles, pero tampoco da opción a referendums de independencia, que se vayan de una vez como dicen, no. Todo desde la posición de privilegio. No respetan ideas ajenas, se asocian a la violencia, ni dan cauces de expresión. Confunden estar de acuerdo con tolerar. Les encanta ese aire de martir y victimismo, en esa mezcla que hacen de todo. Como si les diese la razón en todo lo que dijeran. Aún siendo víctima del terrorismo, no te da la razón en todo lo que digas.




Por supuesto que dentro de un partido es sano que haya diferentes corrientes, posturas, pero hay que coincidir en lo básico, lo que no se puede es estar durante años con semejantes diferencias de criterio, Su derrota en el 2000 ante Zapatero, le dio el toque final para su desconcierto. En declaraciones sobre su marcha y nueva andadura. Afirma hacerlo por coherencia, ya le ha costado, y que ahora lo hará con más libertad. Concepto entendido a su manera. Le dio tiempo a criticar a Zapatero por incumplimientos electorales. Mucho criticar pero estaba trabajando en su nuevo partido sin darse de baja del PSOE. Todo lo dicho anteriormente se comprueba en la complacencia de Rajoy. Zapatero no es persona de fiar.

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