El agua es un tema habitual en este blog, siempre candente en Aragón, en bastantes ocasiones, como ésta, sería preferible no haber tenido que hacerlo. Pero la ligereza y el ocultismo de la CHE y adláteres obligan a ello. Apoyados en una irresponsabilidad política vergonzante, con nulo respeto a la seguridad de las personas del entorno de la presa. Sobre su conciencia queda si se produce una tragedia como lo de Vajont o similar, la naturaleza ha avisado. Los pobres de Aoiz tienen que soportar el peligro de Yesa y el del funesto e infame Itoiz. Su interés en mantener la poltrona, seguir haciendo demagogia salvífica, bajo supuestos intereses generales, les lleva a no tener el mínimo respeto no ya a los expropiados, sino a los de las localidades cercanas y el peligro que supone. Esto debería implicar una responsabilidad política para quien se empecina en apoyar esta barbaridad. Los que en las Cortes de Aragón desecharon una propuesta de CHA en este sentido. Y todos los políticos de otras administraciones tanto nacionales como estatales que lo apoyan. Que no es cosa de radicales ecologistas, sino que lo dice el ingeniero de la presa, Rene Petit. Y además la naturaleza es sabia y ha advertido, y contra ello no se puede luchar ni pecar de soberbia. Y de los informes de los geólogos, como Pedro Montserrat y Antonio Casas, ya en 1999.
Grieta aparecida en enero de 2004.
Ni por más campañas de la traída de aguas de Yesa, para ganar apoyo social, y su ladina política de mayorías, van a conseguir los hechos. Con noticias en los medios en momentos estratégicos, cuando se sabe alguna cosa nueva de Yesa. Con intentos de cuasi soborno de voluntades, anunciando un beneficio de 108 euros por casa con el agua de Yesa a Zaragoza y entorno, un beneficio total de 35 millones de euros. Según un estudio de la Fundación Economía Aragonesa. ¿Cuanto vale una casa en Artieda y cuanto dejarla? ¿Las de Tiermas, Escó y Ruesta? Claro, que sólo han cuantificado los supuestos beneficios, no los costes de amortización de las infraestructuras. A los pocos días de la noticia publicada en El Mundo, aparecía la noticia de que Zaragoza podría beber agua de Yesa durante varios meses de 2008, a la espera del abastecimiento continuo, coincidiendo con el magno acontecimiento de la Expo, a mayor gloria del desarrollo sostenible. Buena forma de desviar la atención.
Tiermas.
Unas declaraciones políticas sonrojantes, carentes de responsabilidad, no política sino de respeto a la vida de los que viven en la zona de riesgo. El impresentable Boné pide que se agilicen los trámites ambientales, saltándose las normas elementales de prudencia ante la nueva situación, trece años después de la primera evaluación, con un nuevo proyecto, negando la consulta pública incumpliendo la ley. La negativa de la CHE a una nueva declaración de impacto ambiental. Su reacción a todo esto ha sido unas excavadoras para tapar las grietas. La postura de un partido presuntamente cercano a postulados ecologistas, como IU, pidiendo celeridad en las obras. Respaldados por la negativa a finales de enero del MIMAM a repetir dicha EIA antes de finalizar la ronda de consultas, como si no estuviera clara la cosa. En palabras del secretario de estado para la Biodiversidad Antonio Serrano, ya un clásico de este tema. Más parecía un trámite engorroso marcado por las normas europeas que convencimiento. Con la desfachatez de afirmar que si no dan el resultado esperado, tampoco se iba a repetir la EIA, es decir, jugar con las cartas marcadas, como hace la Comisión del Agua en Aragón. Para él el impacto es "mucho menor". Ante el agradecimiento y regocijo de Boné. La irresponsabilidad demagógica de Marcelino Iglesias, asegurando que no hay peligro. Que no pase nada, ojalá, pero como pase no bastaría la dimisión inmediata, sino que debería implicar pena de cárcel. No sería una tragedia natural, sino humana y evitable. Como en Vajont en 1963.
Deberían tragarse las grietas a éstos políticos.
http://www.elmundo.es/papel/2007/02/20/espana/2086686.html
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