miércoles, 23 de julio de 2008

Ley de lenguas de algo artificial y ajeno

Sabemos de la amplitud de la estupidez, incluso así, algunos personajes son capaces de superarse a si mismos. Es el caso de Gustavo Alcalde. Más intolerable en alguien que se le supone por su profesión aparte de la de político, más cultura y saber estar. Viene motivado por el anteproyecto de Ley de Lenguas, que Marcelino lleva prometiendo desde 1999. Como es habitual en el PSOE quiere dárselas de progresista pero le falta valentía para serlo de verdad. Define al aragonés y catalán como lenguas propias pero no oficiales, no vaya a ser que los metan con los díscolos. Tiene complejos. Se queda en una tierra de nadie que ni convence a los que piden la ley para evitar discriminaciones, ni a los no nacionalistas españoles que ignoran la diversidad cultural y lingüística, y ven amenazada su identidad porque se de derechos a minorías. Ahí también entraría el catetismo del PAR, con su anticatalanismo de decir que en la Franja no se habla catalán, sino una variante del aragonés, confundiendo cultura con política. Y podríamos hablar del trato que se da a esa zona desde su gobierno. En fin, que la realidad de sus hablantes dista del enfrentamiento de los políticos. Lo peor es que es por intereses ajenos a Aragón.




Analicemos mínimamente el delirio españolista de Gustavo Alcalde, que durante años ha optado a ser presidente aragonés, a pesar de la ignorancia supina que demuestra de su diversidad lingüística, le aplico ésto y no una mala intención política.


Iglesias quiere asfixiar las modalidades lingüísticas de Aragón al pretender
normalizar el variado patrimonio aragonés bajo la fórmula de dos únicas lenguas
propias: el aragonés y el catalán.

¿A quién asfixia? ¿Al castellano que conoce y usa el 100% de la población aragonesa? Porque las modalidades lingüísticas son eso, y merecen respeto, pero en todas las lenguas ha habido un estandar, una normalización. El castellano de Valladolid no es el mismo que el de Cáceres, ni muchomenos el de Montevideo, pero es castellano.


El aragonés es un idioma artificial creado en los años setenta.

Este individuo se acaba de cargar siglos de tradición. Vamos que el aragonés no es el idioma del Vidal Mayor, si sabe lo que es, tiene la oportunidad de evrlo en Zaragoza por poco tiempo, ni el idioma de la chancillería aragonesa, ni el empleado en Aragón hasta que la entrada de la dinastía castellana Trástamara en 1412 tras el Compromiso de Caspe, lo fue dejando como lengua popular y no culta. No, es algo creado por los rojos que en los años setenta luchaban contra el franquismo y enarbolaban el provincianismo de diferenciarse de lo español. La frase es vergonzosa hasta para él, y ofende a miles de hablantes y a quienes no hemos tenido la oportunidad de aprenderlo pero lo defendemos como parte de nuestra cultura.


El catalán es ajeno a la comunidad.

Otra vez destruye nuestra historia, o eso pretende. Viene tras siglos hablándolo, antes que el castellano, a decir lo que hablan. Catalanofobia y españolismo en estado puro. Mezclar cultura con política. El no nacionalismo español.



La DGA no puede cargarse de un plumazo la realidad de que
tan aragonés es el maellano como el ansotano, el fragatino, el cheso, el
literano o el patués.

Volvemos a lo de antes, son modalidades, pero no consideramos lengua el cacereño, el bonaerense o el madrileño, todos hablan castellano. Por otra parte cabría preguntarse porqué su partido se opone a cualquier normativa sobre los mismos en Aragón. ¿Esa es su manera de defenderlos? Dice ésto.


La protección, recuperación, enseñanza e impulso de las
modalidades lingüísticas que se hablan en Aragón, pero de ningún modo se aceptará una
normalización que arrasaría el patrimonio común que son las modalidades
lingüísticas de la comunidad
.


Lástima que no hicieran nada cuando gobernaron. Por si hubiera dudas de su no nacionalismo.


El proyecto normativo facilita armas y munición a los
nacionalistas que desde hace años pretenden la anexión cultural de parte de Aragón y luego la anexión territorial dentro de los mal denominados països catalans.

Eso es lo que le preocupa, no le preocupan las personas ni lo que hablen, sino la influencia catalana.

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