Hay veces que no te queda otra que reírte, con cierta dosis de sorna y siendo cáustico, y no porque uno desee mal a nadie, aunque a veces leyendo a algunos te pueda venir un calentón. Hay veces que mínimamente el destino hace una justicia y nos hace un guiño, el consejero navarro de economía y hacienda Álvaro Miranda, gran impulsor del pantano de Itoiz, sin importarle sacar a la gente de sus casas por la fuerza, con unos métodos represivos impropios de una democracia. Cínicamente venía de visita para ver los proyectos que van a dinamizar lo que él y sus secuaces han destruido, y algo de un club náutico. A treinta metros de la orilla, empezó a entrar agua por la proa, provocando el vuelco y naufragio y el consiguiente remojón del consejero y sus acompañantes, que por (des)gracia iban con chaleco salvavidas y fueron rápidamente socorridos por una lancha zodiac de los bomberos de Aoiz. Ni siquiera pudo ver las casas bajo las frías aguas, porque se encargaron de arrasarlas y que no quedara rastro, como si así borraran el pasado de vida que existía.
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