No es extraño que los políticos traten de disimular o desviar la atención con grandes acontecimientos, las carencias que en la vida cotidiana son incapaces de solucionar. Un ejemplo es la Comunidad Valenciana, mientras hay problemas en sanidad y barracones como aulas, hay Gran Premio de Fórmula 1, visista del Papa o proyecto de una isla artificial. Parecido pasa con la candidatura olímpica de Madrid, un caprico de la capital más que otra cosa. A veces da la impresión que sólo ven lo que hay a su alrededor, privilegiado por sus sinergias capitalinas, y se olvidan del resto de España de la que tanto presumen. El caso del intento de Sevilla es curioso, es una comunidad que recibe grandes cantidades de fondos de solidaridad y europeos y aspira a ser ciudad olímpica, a pesar de no tener por población las infraestructuras que requiere un acontecimiento de ésta magnitud.
Volviendo a Madrid, personalmente me indigna que se busque el apoyo de todos, ahí sí que todos son españoles, pero no lo son para tener otras cosas, como infraestructuras o servicios sociales, que no tienen asignación presupuestaria, ni valor para sacar vootos de esas zonas deprimidas. ¿Por qué no se afrontan esos asuntos con el mismo entusiasmo? Claro, es muy bonito traer unas Olimpiadas, y hacer unas instalaciones que causen sensación, mientras otros carecen de aspectos importantes. En repercusión política es evidente la diferencia entre una cosa y otra. Pero es más necesaria la olvidada que la publicitada. Quizá cuando todos tengan unos servicios acordes al tiempo que vivimos, se pueda pensar en celebrar Olimpiadas. Pero es parte del nacionalismo español obligarte a apoyarlo, cuando ellos pasan totalmente de tus reivindicaciones, y habitualmente las engloban en el egoísmo nacionalista sin mirar si son justas o no. En cambia el apoyo a las Olimpiadas no se discute. La actuación de los autodenominados no nacionalistas. Incluso en la propia metrópoli hay gente que considera actuaciones más necesarias y urgentes.
El tema es más de igualdad social que de nacionalismo, pero es que lo vienen imponiendo. No hay nunca dinero para pagar a Aragón los 500 millones ya de la deuda tributaria, pero sí los habría para el enorme presupuesto de las Olimpiadas. ¿Qué justicia social es esa? Por no hablar de la histórica y la dejación inversora y el aprovechamiento del territorio para beneficio externo. Antes habrá que liquidar deudas. Otro aspecto que esgrimen es el apoyo que hubo a Barcelona, faltaría más que no lo tuviera a algo que consideran España. Modernizó la ciudad, se aprovechó el tirón, aún así no repercutió negativamente en lo invertido en Madrid ese año. También dicen que es un beneficio para todo el país, algo que no es cierto. Precisamente la concentración inversora puede perjudicar a otros, es beneficio para Madrid porque es dónde se invierte, en Teruel no creo que les llegue la onda. Lo de siempre, beneficio común, interés general, que suele coincidir siempre en los mismos sitios. Lo tuyo nunca entra en esas consideraciones. A mayor gloria de España y la capital. Menos fuegos de artificio y caprichos de fácil manipulación política, y más preocupación por los temas de igualdad social y de oportunidades.
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