La concejala de cultura del ayuntamiento de Zaragoza, la melillense
Pilar Alcober sigue dando muestras del desprecio que siente por la cultura aragonesa. Se diría que hasta le incomoda vivir en un sitio que tiene personalidad propia aparte de la española. Si no le gusta la cultura aragonesa debería dimitir, pues es parte principal de su cometido desde su concejalía, su defensa y promoción. Todo esto forma parte de ese nacionalismo impositivo español, que con una serie de actos continuados de mayor o menor gravedad, intentan socavar la cultura e identidad aragonesa, para dominar más a su antojo a la población en el proceso de asimilación cultural. Quitando la cultura y la identidad se consigue la uniformidad y sus propósitos. No se trata de enfrentar culturas, sino de respetarla a cada una en su lugar.
Pilar Alcober
Lo que ha pasado en el pleno del ayuntamiento es inadmisible. Además se da la paradoja de que este asunto apenas va a tener repercusión, mientras que si el ataque fuera a la cultura española, sería portada en toda España, hablando del nacionalismo sectario y excluyente. De manera cínica e hipócrita, buenos contra malos, cuando aquí el que ataca es el nacionalismo español. Pilar Alcober contribuye al empobrecimiento cultural, y eso es un ataque a todos, incluídos los que desprecian la cultura aragonesa, ella y sus compañeros de partido que la apoyan o miran para otro lado. La cultura aragonesa no es propiedad del nacionalismo aragonés, pertenece a todos, otra cosa es que haya quien la desprecia y haya quien la dignifique, como un valor y un patrimonio que nos enriquece. Penosa la postura del PAR, un partido autodenominado aragonés, que desde el gobierno local permite estos ataques sin alzar la voz. Total ya han conseguido lo que deseaban, formar parte del gobierno del ayuntamiento.
El objetivo a derribar es la feria de promoción de la cultura y educación aragonesa Amostranza, que este año no tiene intención de organizar el ayuntamiento. A pesar de que el año pasado fue un éxito, participando más de veinte colectivos y pasaron por ella más de 20000 personas. La respuesta dada por la concejala a la pregunta de CHA, muestra su cerrazón mental y falta de miras, luego son otros los que acusan de cerrarse en si mismos a los nacionalistas periféricos. Lo aragonés y la cultura aragonesa son parte del ámbito general de la cultura española y, como tales, no tienen que ser objeto de un tratamiento específico y diferenciado del resto de las actividades culturales que se programan desde el Ayuntamiento de Zaragoza. Reduce a lo anecdótico la cultura aragonesa, siempre bajo el paraguas protector y paternal de la española. La idea de sentirse superior. ¿Sabe dónde vive esta señora? En cambio si merecen tratamiento específico los tópicos aragoneses en España, la ofrenda de flores, las jotas o el rosario de cristal. Por no hablar de la feria andaluza. Esta sí debe de merecer su atención, a fin de cuentas es de Melilla, que pilla a un paso. O de Zaragoza diversa, dónde se ven aspectos culturales propios de cada zona del estado. Inadmisible esta destrucción de la cultura desde una institución pública.
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