Resulta frustrante ver como constantemente los intereses económicas, tiran más que la justicia de lo demandado. Mientras los aragoneses llevamos años esperando una Ley de la Montaña o un Ley de Lenguas, prometidas desde la primera investidura de Marcelino Iglesias, allá por 1999. Vemos como ahora para Gran Scala, sí saben agilizar las leyes, y no sólo eso, las adecúan al gusto de los inversores, en vez de ser ellos quienes se adecúan a las mismas. Aunque la magnitud de su proyecto y del número de casinos, obliga a ello a quien acepta albergarlo. Como no, es Biel quien comanda la operación. Afirma que se disponen de las competencias necesarias, ni más ni menos que industria, energía, turismo, ordenación del territorio y juego. Actualmente ni en Huesca ni Zaragoza se puede instalar un casino, sólo en Teruel. Sí pueden tres locales temporales. La figura de ILD de hotel-casino no está ni contemplada en la actualidad. Además las licencias deben de salir a concurso. Aún así, para la DGA no va a haber ningún obstáculo insalvable, van a adecuarlo todo a su gusto.
¡Hagan juego señores!
Además, por si fuera poco, sigue recabando apoyos insignes. El presidente de Expoagua 2008, Roque Gistau Un magnífico proyecto de cuya sostenibilidad no tengo ninguna duda. Se trata de una actividad importante para esta región. Todo lo que esté de forma ordenada, sostenible y correcta, no tengo ninguna duda de que será bueno para Aragón y España. Todo lo que se hace para crear riqueza es bueno. Para él, el agua es un negocio. Con semejante personaje como aval, podemos dar por segura la capacidad destructiva de este proyecto y su falta de sostenibilidad, más viendo la capacidad destructora que ha conseguido la Expo. Además no sabe como se define Aragón, que no es como región precisamente, palabra peyorativa en gente como él. Y con esa referencia colonial siempre de España, eso es lo importante, bueno para España. Hacer dinero a costa de lo que sea, ese es su objetivo.
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