martes, 23 de agosto de 2016

Derribo de la ermita de Los Palacios

Puyalón denuncia el derribo de la ermita de Los Palacios en L’Almunia


Cuando se habla de proteger una lengua como el aragonés, se pone el ejemplo de que la  sociedad  no  admitiría  que  se  derribara  una  ermita,  desgraciadamente  hay  que denunciar el derribo de la ermita de Los Palacios. La controvertida reanudación de las obras de la presa de Mularroya ha supuesto que siga la destrucción del patrimonio. Si en  su  día  fueron  oliveras  de  hace  quinientos  años  ahora  es  la  ermita  de  Los  Palacios. Enclavada en término de La Almunia en un bello paraje junto al río era un lugar de ocio de  varios  pueblos  de  la  rodeada,  como  lo  era  el  arrasado  parque  de  Mularroya,  y contaba con una fuente y un puente sobre el Griu. Erigida en torno al año 1200 por los monjes de San Juán del Hospital. La importancia histórica de esta orden en la comarca se ve en el palacio, hospedería e iglesia que edifican en La Almunia.


La  calzada  romana  pasaba  por  ahí  camino  del  Portus  Manleanus  hacia  Calatayud  y  la carretera  real  nacía  de  ahí  hasta la aduana  de  Ciria  tras  atravesar  el  valle  del  Aranda. Hasta los años 50 hubo un guarda santero. Cabe decir que el trazado de la Nacional II hizo que se derribara parte de la ermita. Sin embargo se conservaban frescos y yeserías mudéjares,  similares  a  las  que  se  pierden  en  la  iglesia  de  Villanueva  de  Jalón  ante  la desidia administrativa.   A   pesar   de   que   el   mudéjar   aragonés   está   considerado patrimonio  mundial  por  la UNESCO.  Incluso  fue  escenario  de  una  escaramuza  del guerrillero  Fidel  Mallén  en  la  Guerra  del  Francés.  Según  Madoz  veinticinco  torres dependían  de  ella.  Estamos  pues  ante  un  escenario  que  combina  valores  naturales  e históricos.


Sin  embargo  ni  para  el  gobierno español, aragonés, la CHE, la comarca de Valdejalón, ni  el  ayuntamiento  de  La  Almunia,  ni  ningún  partido  político  de  los  que  presumen defender  el  patrimonio aragonés,  ha  servido  para  que  se  le  dé valor  y  protección. Naturalmente  Acciona  pasa  por  alto  cualquier  objeción  con  tal  de  seguir  la  obra  y conseguir  su  beneficio  económico.  Aparte  de  que  se  avecina  un  desastre  económico con  Mularroya,  está  suponiendo  un  alto  coste  en  el  patrimonio.  En  el  entorno  de Mularroya hay más patrimonio en peligro del que advertimos para que no  pase igual y se dé a conocer por quienes difunden el patrimonio comarcal. Se trata de la Fábrica de Cal de 1860, hornos apícolas tradicionales y el acueducto construido entre 1670-1700.


Resulta  sorprendente  que  no  se  haga  nada  desde  La  Almunia.  Que  ya  sufrió  una desafortunada restauración de la ermita románica de Cabañas, la pérdida de la Puerta de  Ricla,  el  palacio  de  la  Plaza  de  los  Obispos  y  el  molino  de  Cánovas  entre  Ricla  y  La Almunia. De modo metafórico sigue en pie una granja a escasos metros de la ermita de Los Palacios, signo de la falta de interés en la conservación del patrimonio.


Asimismo,  resulta  igualmente  sorprendente  el  interés  del  Gobierno  de  Aragón  de hacer política  con  los  bienes  de  la    Franja,  a  la  vez  que  desprecia  de  forma  tan descarada el  patrimonio  cultural  que  se  encuentra en Aragón,  como  esta  ermita,  o  la fundación Averly.


El   colonialismo,   aculturación,   el   menosprecio   a   la   cultura   rural   y   los   intereses económicos  especulativos,  nos  empobrecen  como  país  y  como  personas,  perder nuestro patrimonio es perder una parte de nuestra identidad.

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