Es una mala noticia para la clase trabajadora que el presidente de la CEOE, Rosell, aplauda la reforma laboral del PP, aprobada en solitario. Empleando unos eufemismos como modernización o flexibilidad que no son más que nuevos recortes y pérdida de derechos. Destaca por la gravedad de lo que propone y su cinismo este comentario sobre el derecho de huelga.
Entre las medidas a tomar lo más rápidamente posible el decreto de 1979 que regula el derecho a la huelga para evitar que por defender los derechos de algunos se estropeen y se machaquen los derechos de otros.
No sé muy bien si se refiere a los derechos de los empresarios, fundamentalmente a explotar a sus trabajadores. O si bien tiene el cinismo de que mientras recorta derechos a los trabajadores defiende su derecho al trabajo y a no hacer huelga. Una huelga de la que si se saca algo lo obtienen tanto los que hicieron huelga como los que no. En este caso los derechos no son de unos pocos sino de una gran mayoría.
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