Magnífica la acción de veinte activistas en Mularroya, paralizando la obra por espacio de una hora. Tras introducirse en una zanja y desplegar una pancarta. Siendo retirados sin incidentes por la guardia civil. La presencia de este cuerpo de seguridad en la obra sólo debería ser para paralizarla, pero es otra cuestión la desfachatez del reiterado incumplimiento de las dos sentencias contra la obra, que prosigue sin proyecto ni evaluación de impacto ambiental. Una manera de decir que no nos hemos rendido a pesar de sus hechos consumados. Hasta paralizar por completo las obras y que se restaure lo dañado.
Una crónica más completa en Diagonal.
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