Habitualmente se suele acusar a la Confederación Hidrográfica del Ebro, de no cuidar el entorno de los ríos y su salud ecológica. Sin embargo leyendo esta noticia vemos que sí, que realmente sí lo hace. A su manera, pero lo hace. Un estudio suyo quiere hacer ver que el castigado delta del Ebro subsistiría con menos agua de la que recibe actualmente. Recordemos la polémica política entre Cataluña, Aragón y el Estado por el caudal ecológico. Sin ser técnico, me llama la atención que con si el actual caudal, está en regresión, si lo reduces más, la consecuencia lógica sería un retroceso y salinización mayor. A mi me asombra un poco la precisión en las cantidades, parece que un poco más abajo no subsistiría, pero parece que haya que ajustarlo al máximo. Da pie a pensar en una justificación de mas regulaciones o pantanos, que detraerían más caudal, y dar ese falso barniz verde.
Por otro lado, la citada Confederación también se preocupa por la seguridad de sus embalses. No sólo por los que tienen riesgo sísmico, como Itoiz y Yesa. También en los planes de emergencia, obligatorios en las presas construidas a partir de 1996. Informan junto a Protección Civil de dichos planes por si hubiese peligro. Igualmente en las anteriores a 1996, algo que es lógico. Más si tenemos en cuenta que son obras de hace más años con mayor grado de deterioro y con unas técnicas constructivas de hace décadas. Que ya iba siendo hora que se pusieran a trabajar en ello, en la seguridad de las personas que viven en el entorno.
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