Se suele decir que las comparaciones son odiosas, y más lo parece en este caso, entre Pedro Arrojo y César Trillo. Como se pudo comprobar en la tribuna del agua.
Mientras por un lado, había una postura razonada, estudiada y moderna, por el otro era dogmática, insolidaria y carpetovetónica. Apostar por la reconversión del regadío y unas infraestructuras posibles. Ofreciendo incluso indemnizaciones por retirar regadíos de baja productividad y con problemas como la salinidad. Una postura que no excluye a los regantes, sino que los anima a participar. Al contrario de sus actuaciones, que siempre excluyen a los afectados.
La respuesta cerril de César Trillo, fue la pantanera, Yesa, Biscarrués, San Salvador, Mularroya y Santolea. Que no quede nada por reclamar.
Diálogo frente a imposición. Modernización frente a planes de hace décadas. Equilibrio territorial frente a colonialismo de unas zonas con otras.
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