Interesante artículo de Chesús Ferrer sobre Gran Scala, desmontando las fantasías de los que defienden el enegendro monegrino. A mí lo que me parece verdaderamente de ilusos, es creer que éste proyecto se desarrolle tal cómo dicen los promotores, y que se vea más factible que el desarrollo endógeno y de los productos propios. La falta de crítica a un proyecto de tal envergadura, es preocupante en grandes sectores de la sociedad. Pero siempre hay alguien a quien echarles las culpas del fracaso, los radicales ecologistas.
AUTOPSIA A GRAN SCALA
La sucesión de declaraciones poco afortunadas por parte del vicepresidente del gobierno de Aragón, Sr. Biel, ponen en entredicho la virtualidad del proyecto de construcción de una gigantesca ciudad del juego en Los Monegros. La última ocurrencia del citado, referida a la posibilidad de autorizar la licencia para la implantación de nuevos casinos, sin modificar la vigente Ley del Juego, solo tiene un marco legal de resolución posible en la constitución de un cantón independiente al interior del territorio de Aragón. Tal medida entra en la más absoluta inconstitucionalidad.
En mi opinión, este tipo de comentarios ahondan en la idea cada vez más generalizada de que Gran Scala es hoy un enigma, no solo para los aragoneses, sino también para sus propios promotores (I.L.D.) y sus valedores políticos.
En mi opinión, este tipo de comentarios ahondan en la idea cada vez más generalizada de que Gran Scala es hoy un enigma, no solo para los aragoneses, sino también para sus propios promotores (I.L.D.) y sus valedores políticos.
Un proyecto como Gran Scala, cuyos elementos más significativos son 32 casinos, 70 hoteles, 200 restaurantes, lagos artificiales en la estepa y la creación de una ciudad de 100.000 habitantes, abre graves interrogantes sobre el impacto ambiental que comporta. Sobre un diseño rígidamente extraído de la ciudad de Las Vegas, se nos anuncia la creación de un enclave para el ocio y el juego prototipo del despilfarro hídrico y energético. Algo que se encuentra en las antípodas de los multimillonarios programas arbitrados por la Unión Europea de lucha contra el cambio climático. Además, desde mi punto de vista, entiendo que no conviene a Aragón ni a la propia comarca de Los Monegros esta apuesta por el “monocultivo” del negocio del juego. Gran Scala, desde las gigantescas dimensiones en que ha sido diseñado, condicionaría todo el modelo de desarrollo aragonés quebrando anteriores políticas de diversificación en variadas líneas productivas.
Sin embargo, y dado que lo antes expuesto entra en el terreno de la opinión (solidamente contrastada por las propias políticas europeas), voy referirme a otro aspecto del análisis del proyecto todavía más enigmático, el de su virtualidad empresarial y financiera. Si ya el gobierno de Aragón se ha comprometido, en mi opinión temerariamente, a realizar grandes obras de construcción de infraestructuras y comunicaciones al servicio del proyecto, estas inversiones bien tendrán que estar justificadas por planes solventes de viabilidad empresarial.
Evitaré andarme por las ramas: Gran Scala, tal como ha sido presentado, es un proyecto muerto. Como tal difunto que es, paso a realizar su autopsia miembro a miembro.
Es imposible construir Gran Scala con una inversión estimada entre los 14.000 y los 17.000 millones de euros. Reino Don Quijote es un proyecto de pequeña ciudad del juego, ubicado en las proximidades de Ciudad Real. Sus promotores planean la construcción de un hotel-casino de 800 habitaciones, 3 campos de golf, un gran centro de tiendas de marca y una primera fase de 2000 apartamentos. A tal oferta turística le auguran un máximo de 2.000.000 de visitantes al año (cantidad muy sobrevaluada pese a su ubicación estratégica entre Madrid y Valencia). Para financiar todo el proyecto han formulado un presupuesto de 6.500 millones de euros. Reino Don Quijote es un proyecto insignificante frente a las dimensiones de Gran Scala. Y sin embargo, requiere de una inversión estimada del 45% de la cantidad atribuida al proyecto monegrino. ¿Cómo se entiende esto?
Sin embargo, y dado que lo antes expuesto entra en el terreno de la opinión (solidamente contrastada por las propias políticas europeas), voy referirme a otro aspecto del análisis del proyecto todavía más enigmático, el de su virtualidad empresarial y financiera. Si ya el gobierno de Aragón se ha comprometido, en mi opinión temerariamente, a realizar grandes obras de construcción de infraestructuras y comunicaciones al servicio del proyecto, estas inversiones bien tendrán que estar justificadas por planes solventes de viabilidad empresarial.
Evitaré andarme por las ramas: Gran Scala, tal como ha sido presentado, es un proyecto muerto. Como tal difunto que es, paso a realizar su autopsia miembro a miembro.
Es imposible construir Gran Scala con una inversión estimada entre los 14.000 y los 17.000 millones de euros. Reino Don Quijote es un proyecto de pequeña ciudad del juego, ubicado en las proximidades de Ciudad Real. Sus promotores planean la construcción de un hotel-casino de 800 habitaciones, 3 campos de golf, un gran centro de tiendas de marca y una primera fase de 2000 apartamentos. A tal oferta turística le auguran un máximo de 2.000.000 de visitantes al año (cantidad muy sobrevaluada pese a su ubicación estratégica entre Madrid y Valencia). Para financiar todo el proyecto han formulado un presupuesto de 6.500 millones de euros. Reino Don Quijote es un proyecto insignificante frente a las dimensiones de Gran Scala. Y sin embargo, requiere de una inversión estimada del 45% de la cantidad atribuida al proyecto monegrino. ¿Cómo se entiende esto?
El “Palazzo”, hotel-casino construido como la última joya del imperio Sands en Las Vegas, costó la friolera de casi 3.000 millones de dólares. Tan solo las inversiones de Sheldon Adelson (conocido como el “Varón del delito” de Las Vegas) para consolidar sus negocios en Macao, rondan hoy los 8.000 millones de dólares.
O las cuentas están equivocadas o deberán explicarnos rigurosamente los promotores de Gran Scala que dimensiones tienen cada uno de los edificios que van a construir los, hoy anónimos, inversores.
Es falso que Gran Scala pueda generar 60.000 puestos de trabajo. Los promotores de Reino Don Quijote afirman que tal inversión en la Mancha -6.500 millones de euros- promoverá la creación de hasta 7.000 puestos de trabajo directos e indirectos. Dando por buenas estas cifras, claramente sobredimensionadas, habría que reducir hasta una quinta parte las expectativas de creación de empleo en Monegros, caso de ejecutarse toda la inversión anunciada. Recordemos que los inversores siguen ausentes.
Es falsa la afirmación de que Gran Scala tendrá un horizonte de visitas anuales estimables en 25.000.000. Tal afirmación es un ejercicio de pura sobreactuación para acallar voces discordantes. El mercado europeo del juego tiene poco que ver con el norteamericano o el asiático. Ninguno de los grandes operadores internacionales en el negocio (Adelson, Wynn o Ho) han planteado nunca estrategias de expansión a Europa en niveles similares a Las Vegas o Macao, dado que los gustos europeos divergen bastante del modelo "macro ciudad del juego".
Además, conforme al presupuesto de inversión formulado por I.L.D. resulta imposible construir ni tan siquiera un pequeño porcentaje de los alojamientos precisos para acojar tal cantidad de visitantes.. Bajemos al terreno de las cifras. Las Vegas recibe al año unos 30.000.000 de visitantes. (El imprudente sr. Biel llegó a hablar de hasta 60.000.000 de futuras visitas a Gran Scala sin el menor pudor). A tal efecto Las Vegas dispone de un parque hotelero cifrado en 92.000 camas para satisfacer unos 23.000.000 de pernoctas al año. Atendiendo a lo expuesto por el sr. Biel, en el sentido de que la inmensa mayoría de visitantes serán extranjeros, hemos de destacar que el parque hotelero de Las Vegas se quedaría pequeño para satisfacer las supuestas visitas anuales a Gran Scala.
Es falsa la afirmación de que el gobierno de Aragón recaudará 600.000.000 de euros al año. Para alcanzar tal nivel de recaudación se precisa de una inversión y una cota de visitantes anuales a los casinos que no pueden ni remotamente garantizar. Suponiendo además que el gobierno no rebaje al 10% las tasas sobre el juego (condición ésta impuesta por los promotores).
Gran Scala es un proyecto formulado con extrema fragilidad empresarial y que exige millonarias inversiones públicas, previas a cualquier inversión privada (en carreteras, infraestructuras y conducción de agua). Sus promotores no han adquirido ningún compromiso de ejecución del negocio en el protocolo firmado con el gobierno de Aragón. Sin embargo, ese protocolo si que compromete a Aragón desde ya a realizar inversiones millonarias a favor del proyecto. De partida, la construcción de una nueva estación del AVE en la comarca y en torno a 150 kilómetros de autovía . Súmense otras infraestructuras como traída de agua a la zona, ampliaciones en aeropuertos, etc. Y todo esto sin entrar si quiera en la evaluación del gasto público que comportaría la construcción de esa quimera, denominada “Gran Scala City”, con una población de más de 100.000 habitantes.
Frente a todas las incógnitas empresariales, económicas y ambientales que ha abierto el proyecto, es una actitud sensata la de colocarlo bajo la lupa. Comporta demasiados riesgos e incongruencias como para que Aragón discurra por tales vericuetos. Para terminar de serenar los ánimos les recuerdo que Stanley Ho, conocido “capo” del juego de Macao, propietario de 17 casinos en la ex colonia portuguesa, fue denunciado tiempo atrás por su propia hermana por complicidad en el blanqueo de capitales y por su estrecha vinculación con las “triadas chinas”. ¡¡Quien nos mandará a los aragoneses meternos por estos andurriales!!.
Chesus Ferrer Justes
Coordinador general de “Ecologistas en Acción” de Aragón
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