viernes, 4 de octubre de 2013

Autopistas del agua

Las evasivas que emplea Cañete cuando visita Aragón, se convierten en afirmaciones claras como el agua cuando visita Levante. Eso sí, sin emplear la palabra trasvase, para que no le puedan decir nada. Decir autopistas del agua queda igual de feo. Aún así en la feria se pudieron oir cosas curiosas.

El tema del agua se ha radicalizado mucho y hay que perder esa visceralidad y volver a un diálogo, al concepto lógico de debate. Colaborar en todos los aspectos, desde el consenso y demostrando que se trata de actuar sobre caudales que no van a ser utilizados y se van a perder. Con una política inteligente, de la mano de expertos hidráulicos y estudios económicos, y siempre con madurez y sin confrontaciones.

Esto dice el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), Cristóbal Aguado. Habrá que preguntarse cuando ha habido diálogo y más con un energúmeno que en su día dijo que el trasvase se haría por huevos. Muy hispánico todo. Parece más un lavado de fachada. Si el nivel de expertos y de inteligencia es decir que se pierde agua es del todo ridículo.

En España debería haber una red de autopistas del agua que conecten las cuencas y permitan, en momentos puntuales, trasladar los excesos que se dan en unas cuencas a embalses, a fin de almacenar agua y dar mayor garantía de disponibilidad, de modo que nadie en España tuviera necesidad de ir mendigando o exigiendo agua.

¿Y dónde se hacen los embalses Cañete? En Levante desde luego que no, ya quedó claro en la anterior intentona. Eso es lo que han hecho, exigir. Cuando dice España dice en realidad feudos peperos.

Que impere el consenso y el sosiego para evitar defensas por parte del que le corre el río por al lado. Hacer una conexión de cuencas para llevar agua desde donde hay hasta donde no la hay. Tiene un coste, pero nos hemos gastado mucho dinero en temas de agua y el problema no se ha solucionado. A lo mejor con ese dinero se habrían podido interconectar las cuencas.

El secretario general de La Unió de Llauradors i Ramaders, Ramón Mampel, va más allá. De modo inaudito pretende que la gente afectada por un embalse o un trasvase ni se pueda defender. No cabe mayor desfachatez ni colonialismo. ¿No tienen agua? ¿Con qué riegan pues ahora? Faltaría que les saliera gratis el agua. A lo mejor debería ser menos egoísta.

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