A diferencia de la modélica transición española, en otros países no tienen problema en condenar a ex dictadores sanguinarios. Sin importarles, a diferencia de aquí, la presión militar o la paz social. Aún con todo y con ese poso colonial se tiene la desfachatez de conminarles a una transición a la española. Como si aún necesitaran tutela de la metrópoli. Estas condenas no hacen más que dejar en mayor evidencia la transición en falso española. La de la impunidad y los muertos en las cunetas.
En Guatemala en cambio han condenado a Ríos Montt por genocidio y crímenes contra la humanidad, que por cierto, no prescriben ni se pueden amparar en leyes de amnistia como la española de 1977. Condenado por la muerte de 1771 indígenas ixiles entre 1982 y 1983. En estos países cabe destacar que los indígenas sufrieron con mayor rigor la crueldad de las elites. Su golpe de Estado en 1982 acabó provocando una guerra civil. A pesar de ello, Juan Pablo II no tuvo inconveniente en visitar Guatemala en 1983.
La presidenta del tribunal concluyó
Para que exista paz en Guatemala, debe existir previamente Justicia.
Que tomen nota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario