UPyD es un partido de enterados que nos acostumbra a presentar ideas geniales que a ningún mortal se le ha ocurrido antes. Clásica es su visión cuñada y liberal de atribuir la crisis al tamaño de la administración pública. Así y haciendo un revival de la división territorial de la CNT, borrón que en nada enturbia su buena labor y cosas como el Consejo de Aragón, propuso crear una nueva región del Ebro.
De hecho la astracanada de unir Aragón, La Rioja y Navarra era tal que rectificaron y no pasó de un documento interno de UPyD La Rioja, lugar bastión del españolismo por otra parte y donde deben de considerar que más allá de simpáticas diferencias folklórikas y regionales toda España es igual, un error en el que caen una y otra vez, hacer análisis en base a sus deseos y no la realidad.
Por un lado la constitución que tanto defienden prohibe la unión o federación de regiones, salvo en la disposición adicional referente precisamente a Navarra y al País Vasco. Ignora que las tres autonomías difieren en su idiosincrasia y forman parte de tres identidades dentro del conjunto del Estado, como son Euskal Herria, Aragón y Castilla. Puestos a ahorrar en administración a ver si admitían la vuelta de La Rioja a Castilla o la unión de País Vasco y Navarra que tanto han combatido y critican, resaltando la identidad navarra como distinta de la vasca. O la propia trayectoria histórica de las instituciones aragonesas. No por una administración más delgada se dan mejores servicios si no hay una voluntad de invertir en los servicios sociales. O por qué hablan de administración más eficiente y critican las comarcas que acercan la administración a la gente.
Un absurdo, crear una región artificial. Más allá de la zona ribereña del Ebro común a las tres hay grandes diferencias incluso en las mismas autonomías.
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