Por norma general buena parte de la población no discute la construcción de embalses. Los ve como algo intrínsecamente bueno. Quizá herencia del franquismo sociológico y la pertinaz sequía. Sin preguntase su utilidad, coste ni consecuencias. No miran el dinero como sí hacen con otras cosas.
Desde que se anunció su construcción, los opositores a Lechago han denunciado su falta de utilidad. Junto al retraso en las compensaciones. Ahora resulta que los usuarios no pueden pagar el canon, como en El Val que costó más de 90 millones, otra obra que ejemplifica la inutilidad y desfase del Pacto del Agua. Después de una inversión pública de más de 60 millones. Será cosa de pedir responsabilidades a quienes tanto lo han demandado, que hubieran estudiado mejor los pros y contras y hecho caso a quienes se lo advertían. ¡Qué fácil es pedir cuando no lo pagas! Su empecinamiento hará que seamos todos quienes paguemos la obra. Resulta que se han gastado más de 150 millones de euros en dos obras inútiles.
Desde que se anunció su construcción, los opositores a Lechago han denunciado su falta de utilidad. Junto al retraso en las compensaciones. Ahora resulta que los usuarios no pueden pagar el canon, como en El Val que costó más de 90 millones, otra obra que ejemplifica la inutilidad y desfase del Pacto del Agua. Después de una inversión pública de más de 60 millones. Será cosa de pedir responsabilidades a quienes tanto lo han demandado, que hubieran estudiado mejor los pros y contras y hecho caso a quienes se lo advertían. ¡Qué fácil es pedir cuando no lo pagas! Su empecinamiento hará que seamos todos quienes paguemos la obra. Resulta que se han gastado más de 150 millones de euros en dos obras inútiles.
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