martes, 27 de julio de 2010

Ahora sí, Lechago

Una de las cosas indignantes de los pantanos es la diferencia de celeridad para dar dinero para construirlo y para las restituciones. Así en Lechago las van a empezar a recibir siete años después de iniciada la obra y cuando ya está finalizada. Cuando debería de ser en paralelo a la ejecución. Eso sí, en pequeña cantidad no vaya a ser que se les atragante. Ahí les hace duelo gastarse el dinero o hay limitación de presupuesto. No lo hay para meter partidas a punta pala para la obra aunque supere el presupuesto inicial. Más vale tarde que nunca.

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