Dentro del desgraciadamente amplio catálogo español de fiestas y tradiciones crueles y salvajes, las hay que destacan en ese inframundo como es la llamada becerrada de Algemesí en la Comunidad Valenciana. Se citan la brutalidad, cobardía, crueldad y enseñamiento con el débil, es decir lo propio del fascismo. Desde el ayuntamiento gobernado por el PP nada se hace por impedirlo.
Una horda de gentuza borracha se ponen a torear, matarifes de medio pelo que se ensañan con un ingenuo becerro que no llega a los dos años, que no sabe el martirio que le espera. Un animal inofensivo por no tener desarrollados los cuernos, según el propio diccionario taurino. Son masacrados y agujereados con toda clase de objetos punzantes en cualquier lugar de su cuerpo. Hasta que su tortura acaba cuando el director de lidia, generalmente un profesional, lo remata. Es inaudito hasta donde puede llegar la crueldad y miseria moral humana. Si repugnante es la tauromaquia más lo es con un animal que ni siquiera les puede cornear para defenderse. Para el disfrute de estos afisionaos que no merecen más que el más profundo de los desprecios y su consideración de infrahumanos.
1 comentario:
Realmente repugnante y me temo que de becerradas de estas se hacen a miles en toda España durante el happy summer of the beach and the paella. ¡¡País de mierda!!
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