Un gran toro que ha ido sembrando de cornadas la geografía española. Dentro de lo dantescos que resultan los pseudoespectáculos taurinos populares, lugar donde la chusma embrutecida que acude actúa a su libre albedrío y con impunidad. Un toro ha labrado su fama a base de cornadas y algún muerto imprudente, y dentro de la difícilmente entendible lógica taurina, si es que existe, mayor fama ha adquirido. Para ellos un toro no es un pacífico bóvido herbívoro. Es un animal con cuernos llenos de bravura, que intentan hacérsela florecer azuzándolo. A la respuesta del toro a la provocación cuando no maltrato lo llaman bravura. La tauromafia está llena de mentiras.
Ratón ha ido vengando en parte el maltrato que en muchas fiestas brutales se da a los animales por toda la geografía española. Respondiendo a las provocaciones con embestidas y revolcones. El gusto de la tauromafia por la sangre elevan a Ratón y enriquece a su dueño, a 6000 euros la aparición. Es la siniestra naturaleza taurina. Algunos necios aún acusan al toro de cornear a traición, pues que no se pongan delante. Nadie les obliga. Confunden valentía con temeridad e imbecilidad, aderezada con la falsa euforia del alcohol. La valentía en ningún caso se demuestra con actos temerarios, sea ponerse delante de un toro y provocarlo, sea ponerse en la vía del tren a ver quién se retira más tarde. Son actos de estupidez. La valentía es arriesgar tu vida por un acto noble. Eso sí es digno de admiración. Lo otro es digno de desprecio.
Un hermoso toro negro con manchas blancas, de aspecto peculiar, que bien se ha merecido su descanso como semental, donde aún lo va a explotar su dueño imaginando que a va a tener algún descendiente al que sacarle el mismo partido económico. Desde este blog, un pequeño pero sincero homenaje a Ratón.
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