viernes, 19 de diciembre de 2008

La no noticia (o debería)

A veces hay noticias que provocan revuelo, que en condiciones de normalidad, no debería suceder así. En una sociedad democráticamente madura y asentada, donde la mayoría de ciudadanos tuvieran como propios unos valores de libertad y democracia, que el ayuntamiento de Zaragoza cambie de nombre las calle que aún rememoran y ensalzan el régimen dictatorial anterior, se vería con normalidad y sin causar quejas, más que de cuatro nostálgicos más próximos a reunirse con su líder que de dar la barrila. Lo grave es que pasa, y lo peor es que haya gente joven que no vivió aquello que le parezca mal. Otros casos son los de gente pasota, carentes de esos valores de normalidad democrática. Diciendo qué más dará que se llame así o asá, que toda la vida (unos setenta años) se ha llamado así, y que hay cosas más importantes que cambiar el nombre. Sin duda que las hay, pero no son incompatibles. Bajo ese prisma, también hay cosas más importantes que un desfile militar del ejército español, y ahí no decían nada. Personas presuntamente alejadas de la política pero a las que se les ve claramente de qué pie cojean.
Además es digno de resaltar que por una vez, todos los partidos políticos con representación en el consistorio, se hayan puesto de acuerdo. Poner nombres de aragoneses ilustres, muchos de ellos lamentablemente ilustres desconocidos para buena parte de la población, o de mujeres ganadores del premio Nobel, es incomparable sus méritos con los de personas que apoyaron y participaron en el golpe de estado militar y fascista de 1936. Debería de estar claro para todos. Gente que no provoque recelos.

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