martes, 15 de julio de 2008

Jánovas en el año de la Expo

JÁNOVAS EN EL AÑO DE LA EXPO

La Declaración de Impacto Ambiental negativa de Jánovas significa que la autoridad firmante considera que es de más interés para la sociedad el patrimonio ambiental del valle del Ara que los aprovechamientos eléctricos o agrarios que se pudieran obtener con la presa. Ni más ni menos. Por eso no se autorizó al promotor de la obra, la CHE, a llevar a cabo el proyecto. Es decir, que los opositores tenían razón y gracias a su trabajo de tantos años Aragón ha salido ganando (según la autoridad ministerial) . Ha ganado un valle que han rescatado para todos nosotros. Como los antiguos reyes del viejo reino, que incorporaban valles al territorio aragonés. ¿Alguien de las administraciones aragonesas ha reconocido su contribución a la salvaguarda del patrimonio aragonés? Nadie. Es más, la desautorización del proyecto se vio como un revés, como un contratiempo. Y ahí está una de las raíces del problema del agua en Aragón: que una buena parte de las fuerzas políticas y de los usuarios del agua no está en sintonía con la autoridad ambiental y, aunque acatan, no han interiorizado los criterios de la Directiva Marco , ni siquiera los relativos al valor del medio ambiente que proclama la Constitución Española.

Este año de la Expo y de la sostenibilidad del agua debería ser aprovechado por una buena parte de la sociedad aragonesa para realizar ese viaje desde el obsoleto paradigma costista de “pantanos+regadí o=prosperidad y futuro de Aragón” hacia el espíritu de la Directiva Marco que establece que los usos ambientales del agua son prioritarios para la sociedad europea. Y de paso reconocer que hay territorios cuya economía e identidad se fundamenta en los servicios ambientales que prestan sus valles y sus ríos, los cuales se ven destruídos por los represamientos. Y que eso ya no es del siglo XXI. Esas comarcas históricamente tratadas con suma dureza han de ser respetadas y resarcidas. Y tampoco estaría mal tomar el toro por los cuernos de los datos socioeconómicos que ya no vinculan regadío con asentamiento de población para plantearse el techo de la expansión del regadío, la liberalización de tantas hectáreas salinizadas, de baja productividad y fuerte impacto ambiental y la devolución de nuestros exhaustos ríos a la vida verdadera.

No está en este camino, ni en la imagen que quiere proyectar la Expo, que el promotor del fallido proyecto de Jánovas -la CHE- quiera poner condiciones a los vecinos para recuperar sus propiedades. “Que devuelvan el justiprecio que se les dio por ellas, pero actualizando su valor al de hoy en día”. ¿Será posible? ¡Si la CHE debería pedir disculpas por los daños causados al patrimonio, por la saña con que se emplearon para nada y, con humildad, ponerse al servicio de los que fueron inútilmente expropiados!

José Manuel Nicolau Ibarra
Profesor Titular de Ecología


Heraldo


A la vez conocemos que los vecinos de Jánovas, "sólo", deberán pagar por las tierras, no por las casas. Eso ha dicho José Luís Alonso, presidente de la CHE. A uno no le cabe la alegría ante semejante muestra de "generosidad". Ya si pidieran perdón y devolvieran las tierras labradas, y no arrasadas, sería extraordinario. Aparte de quién puede estar cultivando ahora alguna de esas propiedades. En fin, que también hay que justificar ser legítimo heredero, será porque muchos fallecieron a los pocos años de ser expropiados. En una ciudad, encerrados en un piso, lejos del campo, de sentarse a charrar por las tardes con los vecinos, constreñidos. Algo que puede parecer exagerado, pero que en el contexto de hace más de cuarenta años era así, para alguien que apenas había salido del pueblo si no era por algo especial.

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