Nuevamente hemos asistido a la actuación intolerable del delegado de gobierno en Aragón, Javier Fernández. Una persona anclada en un tiempo pasado, que tiene un fichero de dudosa legalidad sobre elementos subversivos. Para que las fuerzas del orden vayan a identificar sabiendo a quien se lo requieren, a cualquier concentración o protesta. Mientras practica esta política represiva con los movimientos sociales, practica una de manga ancha, mirar para otro lado de manera cobarde y de impunidad con los grupos neonazis. Gracias a la cual Zaragoza se está convirtiendo en un cento de reunión de esta escoria tanto a nivel estatal como europeo incluso.
Permite, aunque sea en un local privado, la celebración de conciertos neonazis el viernes y sábado, en Cuarte de Huerva, con neonazis de todo el estado. La presencia de la guardia civil no impidió la celebración de los mismos. La diferencia de criterio se ve, en que se impidió entrar al cementerio a un millar de personas que se manifestaban pacíficamente, para honrar a las víctimas del franquismo. Al menos al Movimiento Social Republicano, tampoco les dejó entrar. Pero de manera poco menos que clandestina sí se permitió posteriormente la entrada al cementerio de 25 neonazis, con la policía permitiéndolo delante de ellos. Sí en cambio obligaron a identificarse a un grupo de periodistas, impidiéndoles tomar material gráfico. La mentira de Javier Fernández, que aseguró que el homenaje neonazi no se produciría.
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