domingo, 14 de octubre de 2007

Sobre la riada en Levante

Hemos podido ver las imágenes de la riada en la zona levantina, por otra parte acostumbrada a este tipo de precipitaciones muy concentradas en un lugar y tiempo. No es algo nuevo. Hay que ser solidarios y mostrar el apoyo a esas personas que han perdido gran parte de lo que tenían. A partir de aquí conviene hacer una serie de reflexiones. No han salido ninguno de esos políticos agitadores del odio y la desinformación, con su paupérrimo y demagógico argumento del agua que se pierde en el mar, tan simple como incierto, que sonroja a cualquiera que sepa un mínimo del ciclo hidrológico del agua. La situación es la misma que cuando ven que el Ebro baja con un palmo más de agua que la semana anterior, en este caso ríos, barrancos, rieras y calles construídas donde no deben. Tiene esa mínima sensibilidad y respeto por los afectados, consideración que para gran parte de los españoles no tenemos los aragoneses ni catalanes. A quienes se nos insta a bebernos si no es ahogarnos en ese agua, toda para vosotros, por insolidarios. Palabras mezquinas y llenas de egoísmo. No salen ahora los cínicos. Nosotros tenemos una dignidad para no hacer befa de los afectados. Ni invocan el agua que se pierde en el mar con esta riada. Otra mentira propagada, el aprovechamiento de una riada, reconocido por el propio PP en una pregunta parlamentaria, pero es más cómodo intentar sacar rédito político y de los intereses. ¿Dónde está la regulación que piden? A lo mejor es que no les interesa o saben un poco de los efectos de un embalse, como cuando no los querían para regular el caudal del trasvase y almacenarlo en invierno para usarlo en verano. Que nos inundan los campos. Los demagogos que hablan de que las riadas se controlan con embalses, y que ese agua es trasvasable. Cuando se necesita un caudal continuo y suave, no torrencial y lleno de lodo de una riada. Como bien dice Pedro Arrojo, el efecto laminador de los embalses es pequeño, pues suelen estar bastante llenos para producir energía o regar, y no hay tiempo a desaguar. Ese efecto provoca la petición de nuevas obras de regulación.


En cambio todo eso no valía para exigirle al vecino el sacrificio que tu, beneficiado de la obra, no querías hacer. Es más cómodo tener una colonia de agua y justificarlo demagógicamente por la solidaridad española. magnífica por otra parte a la hora de repartir fondos de solidaridad, como ya sabemos. Y sorprende que haya personas así en Levante donde por desgracia bien conocen lo que es una inundación, ahora que son 25 años de la pantanà de Tous, o de la cíclica gota fría, bien lo saben y por eso es dificilmente comprensible que se lo deseen a otros y hagan burla, y aprovechen como carroñeros para intentar sacar rédito de la desgracia. Se entiende menos en quien ha sufrido sus efectos. Por mucho que reclamen algo, si no se te da, y más si está argumentado aunque no lo quieran ver muchos, se comporten de esa manera. Demuestran su mezquindad, una reacción de infantilismo, rabieta e inmadurez, y hacen quedar mal a paisanos que piensan de otra manera, más respetuosa con todos.

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