Se ha recuperado y consolidado el cementerio de Escó, localidad abandonada por la construcción del embalse de Yesa, situado en la margen derecha. La anegación del valle hizo imposible la subsistencia para este pueblo, junto a Ruesta y Tiermas, cabecera comarcal. Esta recuperación es un acto simbólico y de justicia. De esos setimientos que mucha gente ignora. Si hacemos un embalse le damos una casa en otro sitio y asunto solucionado ¿de que se queja? Pero los sentimientos no son así. Pese a que fue inaugurado el embalse en 1959, se enterró hasta 1968 en ese cementerio. Algunos siguieron algunos años, y hoy aún se habita por pastores. Los vecinos y descendientes tienen derecho a un lugar digno donde rendir homenaje a sus fallecidos, no bajo las aguas ni con un traslado, como en otros sitios. La asociación pro reconstrucción de Escó es la promotora de esto, y de la justa reversión de propiedades. Uno de sus represantantes leyó Un pueblo no muere cuando mueren sus edificios; sino que un pueblo muere cuando mueren sus raíces, un pueblo muere cuando muere la ilusión de los que en sus casas, en sus piedras, en sus espacios… encuentran su historia, se encuentran a sí mismos.
Foto de 1990 de Francisco Cerdán (web asociación Escó)
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