sábado, 9 de junio de 2007

Otra vuelta de tuerca

No deja de ser sintomática la detención y encarcelamiento de Arnaldo Otegi. Justo cuando oficialmente se da por roto el proceso de paz moribundo. Todas las acusaciones de la justicia española estaban en el limbo, y ahora las sacan sin el menor disimulo para enviarlo a la cárcel al que fue definido como hombre de paz. Una revancha y una satisfacción moral. Otra explicación no parece haber. No creo que de un día a otro haya pasado de bueno a malo. Sólo han cambiado las circunstacias políticas. Como ya no es necesario en el diálogo, al trullo, y así damos carnaza a los sectores más españolistas, incluído los socialistas. Los que tienen la sartén por el mango lo siguen demostrando. En anteriores ocasiones los fachas parecían masocas, iban de propio a ver la chulería de Otegi con el puño levantado, sin poder acercársele, detrás de la valla. Lo ocurrido ahora es una clara demostración de la voluntad política del Gobierno.

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