sábado, 30 de junio de 2007

La incoherencia de Narbona

Narbona empezó con una esperanzadora medida, la derogación del trasvase del Ebro. Luego empezaron algunas dudas, como su falta de coherencia, y/o de valentía en algunos temas que son parte de la misma política que los trasvases. Los grandes embalses como Mularroya, Biscarrués, recrecimiento de Yesa o Castrovido. Ya en su día dijo que contemplaba el trasvase del Ebro como última opción. No se puede contemplar mientras siga la especulación inmobiliaria en la costa, y un regadío amparado en la impunidad y la complacencia de las autoridades, con muchas hectáreas de regadío ilegal y de mal uso del agua.







No se entiende que alimente una duda absurda sobre que su ministerio recupere en un futuro el trasvase. Ni contenta a los trasvasistas de pro, ni a los que hemos creído que defendería otra política hidráulica. Por muchas presiones que pueda tener, incluído su propio partido. Sus comentarios acerca de la propuesta trasvasista del PSOE valenciano. Por anticuado y perjudicial debería ser un debate ya cerrado y mirar en aplicar la Nueva Cultura del Agua. Narbona afirmó Los debates están siempre abiertos. No viene a cuento, y menos con quién siempre se ha cerrado a dialogar cuando ha ocupado el poder. Y más si afirma que su obligación es desarrollar la alternativa propia, el programa AGUA. Estas declaraciones esconden un fondo que debería preocupar, y más viendo como se siguen impulsando las obras en Aragón que lo hacen posible.



Estas declaraciones han causado con razón inquietud en la comarca del delta del Ebro, instando la Plataforma en Defensa del Ebro, a que el PSOE se reafirme en un sentido u otro, no valen ambigüedades. Ni mensajes conciliadores, que esconden prepotencia, como el director general de Agua. Por un lado recrimina a los valencianos y por otra apoya actuaciones en sentido contrario. Como si aquí no supiéramos a que atenernos. Decir que hablaba en Zaragoza. Valencia debe agotar sus recursos propios antes de solicitar la solidaridad de nadie y de crear tensiones territoriales. ¿Y si un día consideran en Madrid que los han agotado? puede ser una apreciación subjetiva.

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