De enorme simbolismo lo acontecido en Croke Park en el Seis Naciones de rugby. Un estadio de Dublín, dedicado exclusivamente a deportes gaélicos, hasta que en 2007 se ha abierto al rugby. Un símbolo nacional para Irlanda. Y de recuerdos sangrientos. El primer domingo sangriento, acaecido el 21 de noviembre de 1920, tuvo lugar en este estadio, cuando el ejército británico abrió fuego contra el público y los jugadores, durante un partido de fútbol gaélico, en plena guerra de la independencia (1919-21). Causando 14 muertos (tres niños), entre ellos un jugador Michael Hogan, y decenas de heridos. Represión del asesinato de 14 agentes británicos esa misma mañana por un grupo del IRA liderado por Michael Collins. No confundirlo con el domingo sangriento del 30 de enero de 1972 en Derry. Cuando 15000 personas se manifestaban pacíficamente ante las desmedidas leyes del gobierno británico contra el terrorismo. El ejército británico abría fuego causando 14 muertos y 30 heridos. Que inspirara la legendaria canción de U2 Sunday bloody sunday.
Domingo sangriento de 1920.
Con estos precedentes, el himno británico, versión corta, con la bandera ondenado entre la tarde amenazante de lluvia, volvió a sonar en semejante escenario ante más de 80000 espectadores, enmedio de un respetuoso silencio y aplausos tras finalizar. Si con tanto dolor se ha podido llegar a esto, es esperanzador para la resolución de cualquier conflicto. Es impensable que esto pasara en España. Ni hay voluntad de diálogo ni creo que la gente estuviera preparada tanto en un lado como en otro, al menos los más radicales. Además el rugby es el único deporte en que juega una Irlanda unificada, para ello se creó en 1995 un himno especial el Ireland´s call. El himno británico ya había sonado en Dublín en Lansdowne Road bajo la tricolor irlandesa, pero también esta selección de rugby juega en el Ulster o en el extranjero se emplea la bandera de las cuatro provincias históricas de Irlanda, Connacht, Leinster, Munster y Ulster.
Respeto y deportividad.
Quizá era lógico que pasara en un deporte tan especial como el rugby, del respeto y pasión, dónde se persigue al tramposo y al antideportivo, donde prima la nobleza, y hay un tercer tiempo con los dos equipos tomámdo cerveza juntos tras acabar el partido. La ocupación británica es pasado. Con respeto se consigue mucho más que con odio y violencia.
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