martes, 26 de diciembre de 2006

Hace veinte años en un hermoso valle leonés

A finales del 86 se estaba perpetrando una de las mayores tropelías hidráulicas de la historia española. La construcción del embalse de Riaño, que anegó éste y otros seis pueblos, junto a lo mejor del valle. La vida, las ilusiones, los recuerdos, la esencia y tantos intangibles, imposibles de ver para los pragmáticos insensibles que tanto abundan. Le tengo un especial cariño a la tierra leonesa y sus gentes, su paisaje es fascinante, unas preciosas montañas, y encuentro comparaciones evidentes con la montaña pirenaica y su problemática. Este caso de Riaño quizá sea el más espectacular, sobre todo en cuanto a represión sufrida junto a Itoiz y Jánovas.


Valle de Pedrosa del Rey antes de ser inundado.


El origen de la amenaza, finalmente consumada, es lejano. El primer proyecto es de 1902, con modificaciones en 1927 y 1956. La construcción del muro de la presa se inicia en 1965, dentro de la política desarrollista y colonialista propia del régimen franquista. Dónde unos territorios aportan gente, o en este caso recursos, agua, en beneficio supuestamente de otros. Las compuertas se cerraron en diciembre de 1987, 22 años en el corredor de la muerte, tras unas acciones propias del régimen anterior y no uno democrático. Se trata del embalse más grande la cuenca del Duero, situado sobre el cauce del río Esla, una capacidad de 664 hm3, anegando 2186 hectáreas y los pueblos de Anciles, Escaro, Huelde, La Puerta, Pedrosa del Rey, Salio y Riaño, y parcialmente Burón y Vegacerneja, desplazando a unas 2000 personas, el muro de bóveda de la presa tiene 337 metros de longitud y casi 100 metros de altura, y una línea de costa de 103 km. Cifras impresionantes, pero más la belleza anegada y los sentimientos hundidos bajo las frías y oscuras aguas. Un patrimonio natural extraordinario sepultado. La única explotación hasta el momento es la hidroeléctrica, desde 1991 por Endesa, con una potencia de 100000 kilowatios y de 140 gigawatios por hora. Inicialmente también para regar 130000 has del Páramo leonés, luego 84000 hectáreas y a día de hoy 0, la mayoría de barbecho subvencionado. Sólo completa el riego de 50000 has y abastecimiento industrial en Palencia y Valladolid.


Nuevo Riaño, el viejo sepultado bajo el agua y el viaducto.



Es una historia muy triste, de incomprensión y egoísmo, de muerte y destrucción. También con las personas que vinieron solidariamente de otros lugares, llamados utópicos o que no pintaban nada ahí. Incluso de algunos montañeses de pueblos no afectados, alegando que ya habían cobrado indemnizaciones, refiriéndose a las dictadas por la ley de expropiación forzosa, vigente hoy, en 1969, cobradas sin intereses a finales de los 70 y principios de los 80, obviando los sentimientos. Y el pueblo nuevo que se hizo, con casas de peor calidad y sin acabar en el momento del desalojo. Y como una condena de mirar cada día el embalse y saber que tu verdadera cas está bajo las aguas, junto a tus recuerdos. El muro, como así llamaban a la presa estaba ahí, pero no se creían que fuera a llenarse el vaso, y a subir los fríos tentáculos de muerte por los valles, flanqueados por hermosos picos. Tras los precedentes anteriores, la PSOE, que gobernaba en 1983 en la Junta y el Gobierno Central, retoma el proyecto, intentando consumar esa amenaza de décadas. Ultimado ya bajo manadato autonómico de Aznar. Con un personaje siniestro como Javier Sáenz de Cosculluela, ministro de Obras Públicas y Urbanismo (1985-91). Fue también vocal de la Comisión de Investigación de Derechos Humanos y de la de Justicia, sarcásticamente.


Sáenz de Cosculluela, hombre pretérito.


En una zona que vivía bien con la economía tradicional agraria y ganadera. La incomprensión y egoísmo de los regantes del sur, que reclamaban el llenado del embalse sin tener el proyecto de regadío hecho, ni las conducciones para llevar el agua. En enero del 87 treinta alcaldes leoneses, representantes de las asociaciones Riegos del Sur de León y Acopris, en una reunión en Matallana de Valmadrigal, instaron a la Administración "al pronto desalojo de Riaño, que permita el avance de las obras y el cierre de la presa cuanto antes". Además el presidente de Acopris, Jesús Calvo, acusó a los ecologistas que defendieron Riaño, de estar pagados con 10.000 pesetas. Cree el ladrón que todos son de su condición.

Edicto de demolición de Pedrosa del Rey.


Viendo las imágenes de cómo era antes del cierre de las compuertas, se llena uno de un sentimiento de nostalgia y melancolía, y se pregunta por qué se hacen cosas así, y por qué a día de hoy aún se hacen como por ejemplo en Castrovido, Itoiz o el recrecimiento de Yesa, y en la montaña leonesa se retoma el proyecto caduco y brutal del embalse de Omaña, descartado a inicios de los noventa, en gran parte por el desmán que supuso Riaño y la reacción de la gente.Además en una zona, la montaña leonesa, ya castigada por embalses como Bárcena, Matalavilla o Porma también llamado Juan Benet, insigne pantanero, dónde yace Vegamián, patria chica del gran Julio Llamazares, que ha sabido narrar como nadie el dolor de estos sentimientos tan crudos de ver la muerte de tu casa y la vida tal como la conoces.



Con Goma-2.


Las alternativas de desarrollo que se presentan hoy, siguen bajo los parámetros nocivos de siempre, para la montaña y sus habitantes. El patrimonio natural que es el mayor de la zona, se quiere seguir exprimiendo, hasta que desaparezca, pero entonces ya no importará. Como la estación de esquí de San Glorio, cuestionada por la UE, modificando la ley de parques naturales que prohibía su construcción, como hace la Junta para autorizar en otros parajes naturales campos de golf y megaurbanizaciones. Ignorando su impacto ambiental, y que los estudios alertan que las estaciones por debajo de 2000 metros de altitud, ésta se situaría a 1600 metros, no serán rentables por la disminución de las precipitaciones de nieve, algo que ya se empieza a ver en otras estaciones. O la línea de alta tensión Lada-Velilla. Más interesante parece la opción de recuperar el parador de Riaño, inaugurado en 1951 y que cerró en 1969, en gran parte por la amenaza del embalse. La comarca aún posee un gran potencial en turismo rural, y mucho más si no existiera el embalse, estaba floreciendo entonces. A pesar de las alternativas, mejor aprovechamiento del embalse del Porma, utilización de aguas subterráneas, mejora de los métodos de regadío basandose en el de aspersión, y contrucción de cuatro pequeños embalses superficiales. Ni se escucharon.


Itoiz, verano de 2003, nada ha cambiado.

Mario Sáenz de Buruaga fue abogado defensor de Riaño, viendo la celeridad de la justicia en cerrar el caso. Clama hoy todavía por los responsables políticos y sociales de aquello, que paguen por el daño irreparable: Javier Sáenz de Cosculluela ex-Ministro de Obras Públicas, Emilio Villar ex-Presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, Jaime González ex-Consejero de Agricultura de la Junta de Castilla y León, Domingo Ferreiro ex-Delegado del Gobierno, Alberto Pérez ex-Presidente de la Diputación Provincial de León, Jesús Calvo párroco y ex-Presidente de la asociación de re­gantes ACOPRIS y Matilde Fernández ex-Presidenta de 'Riegos del Sur' y ex-senadora. No salvaron ni el patrimonio artístico que se enumeró en una lista.


Manifestación.


En unos años dónde el ecologismo era aún bastante incomprendido, lo sigue siendo a día de hoy en buena parte, y dónde los embalses se veían más que hoy como intrínsecamente buenos, se logró ganar la batalla moral, un consuelo triste pero digno. Con dos importantes manifestaciones, 40000 personas en León y 15000 en Madrid. Realmente viendo las imágenes no quedaba otra a las personas de bien. ¿Qué pensaba ZP (Zapatero Pantanero) ya diputado por León? "Es positivo que se agilicen los trámites necesarios y previstos por la ley para llevar a cabo una obra que va a proporcionar una importante riqueza a toda una zona de la provincia de León, aunque suponga algún sacrificio". Veinte años después podía rectificar y pedir perdón visto lo visto, con el agravante de ser leonés.


Destrucción.



Las primeras demoliciones ya fueron a finales de 1986, y la gran batalla el 2 de junio de 1987. La escena fue dantesca e infernal, impropia de un país que se llame democrático, una represión, un desprecio y una insensibilidad total, cómo ya había padecido Jánovas y padeció posteriormente los pueblos de Itoiz. Una equivalencia de un picoleto por habitante, golpeando a todo lo que se movía, ancianos incluídos, gente llorando, gente resistiendo en los tejados, detenidos, niños y mujeres atemorizados, intento de atropello a los manifestantes por un jeep de la guardia civil, otros quemando sus casas antes que las echara abajo las monstruosas excavadoras, Simón Pardo, ganadero de 54 años se descerrajó un tiro con la escopeta cuando vinieron los picoletos a sacarle de casa. Una acción mandada y ejecutada de un modo fascista. La guardia civil tuvo ese mismo año otra "soberbia" actuación en Reinosa. Es ridículo decir que eran mandados, con el gusto con el que lo hacían, y cuando uno se mete ahí ya sabe donde lo hace, y más en los antidisturbios. En los días posteriores, los otros seis pueblos fueron desalojados y derribados. Las compuertas del pantano se cerraron con tenbroso estruendo la nochevieja del 87, dónde en los campanarios sonaron campanadas a la muerte. Dejando una enorme herida sin cicatrizar y que va a perdurar en el tiempo.

Enlaces de interés:

Textos e imágenes:

Resumen documental 1987:

Enlace emule documental completo:


Riaño vive la lucha sigue.
Las aguas volverán a su cauce.

2 comentarios:

agustin lasai rodrigez dijo...

Gracias Alejandro por este blog y esta entrada sobre Riaño.
Yo sigo con lo mio en mi sitio de RIAÑO VIVE.
Solo quería saludarte y darte ánomos para seguir con esta denuncia y lucha por que no se olvide a los cabrones que se forraron con este pantano y apostar por un futuro sin el.

Anónimo dijo...

Gracias Agustín. Resulta enriquecedor leer los testimonios directos de tu blog. Hay gente que quizá no pueda hablar de ello, por el daño que le produciría reavivar aquello. En ese sentido, por desgracia, León y Aragón tenemos luchas comunes.

Un saludo

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