miércoles, 3 de abril de 2024

La mitificación de la afición rayista

 Dos jornadas aleatorias han bastado en el Campo de fútbol de Vallecas para desmontar el relato sobre dicha afición. No es ni mejor ni peor que cualquier otra. Es curiosa la querencia de cierta prensa y cierta izquierda por calificar aficiones en base a los grupos ultra. Gente anquilosada en los años 80 y totalmente anacrónica. cabe decir que aquí van hasta con retraso, pues los Bukaneros son del año 92. En plena época dorada de estos grupos, consolidados y con cientos de ultras en las gradas. De hecho por aquellos años llegaron a convivir con las Brigadas Franjirrojas que acabaron copadas por la extrema derecha. Si de aquella disputa que duró hasta 1996 hubiera salido un resultado diferente, la visión del relato sería diferente, por mucho barrio obrero que le circunde. Y para lo que necesitaron la ayuda de las Brigadas Amarillas del Cádiz. Ya sabemos el simplismo de algunos para estos asuntos.

                                                       En la 94-95 Bukaneros seguía en el lateral y no en el fondo

 Esa historia de que echaron del estadio a los fascistas, es la misma que cuentan otros energúmenos como Resaca Castellana. Bajo el fascismo o antifascismo, al final estos grupos ultras se arrogan la esencia del sentimiento de pertenencia a un club, así como fieles guardianes del mismo. La consecuencia lógica es querer aumentar su influencia hasta querer controlar el club. Como notable es la influencia del Frente Atlético en el Atlético de Madrid. Son este tipo de gente la que hace que ir a un estadio no sea siempre seguro ni una experiencia agradable. Politizan algo que es heterogéneo, como reflejo de la sociedad. Quien quiera militar, sitios hay para ello. Pero aquí llegamos a cosas muy golosas como la influencia, el poder y la venta de material.

Es difícil de entender la simpatía de la izquierdita zaragozana por este grupo. Ah, si hubiera uno así en Zaragoza llegan a decir. Quizá por ello no se quiera saber cual fue el origen y evolución de Ligallo y si tal vez se pudo hacer algo más para que no fuera copado en los 90 por nazis. Volvemos al uso del fútbol por su popularidad para expresar ideas políticas alejadas del mismo. No todo el zaragocismo es nazi por el Ligallo por más que se empeñen Indar Gorri y acólitos. Grupo de nefasta influencia en grupos autodenominados de izquierda. Ni todo el rayismo es antifascista ni con conciencia obrera porque Bukaneros saque una pancarta. Debo reconocerles que controlan la propaganda. No dejamos de vivir en la época de la imagen carente de profundidad y en el relato.

 No puedo más que sentir desprecio por quien simpatice con Indar Gorri

El caso es que poco menos que necesitas su aprobación para que vayas al fútbol y no te tilden de facha, misógino o violento. Hablando de violencia, Bukaneros tiene un largo historial, convenientemente silenciado en algunos ámbitos o dulcificado. Hay gente que considera que el fútbol es una excusa para darse de hostias con quien no piensa como uno o le gusta un equipo diferente al que infantilmente se le atribuyen cualidades negativas. Si unos son el pueblo elegido, otros se consideran del barrio elegido. La esencia obrera y la esencia futbolística.

Paliza a un menor entre 15 personas al que confundieron con uno que cantó el "Cara al Sol", otros seis detenidos en Palma de Mallorca por una pelea, otra pelea con ultras rivales en Las Palmas de Gran Canaria, pelea con los Celtarras a pesar de la afinidad ideológica pero como amigos de Riazor Blues, o una multitudinaria pelea con ultras del Alcalá. Así, sin mirar demasiado.

En el partido contra el Sevilla, Ocampos sufrió una agresión. Un menor de edad le introdujo el dedo en el ano. Seguramente le parecería algo gracioso. Pero sorprende más ver como la gente de alrededor, lejos de recriminarle nada, le ríe la gracia. Sobre todo un aficionado con gafas y barba. El único momento en que se giran es para recriminar a Ocampos su levísima reacción. Una escena bochornosa que parece sacada de una sórdida secuencia de una película de Eloy de la Iglesia. Deben ser cosas del barrio. Como que Isi, el mismo que sacó a Vinicius de un empujón del campo, le haga una carantoña casi cariñosa al muchacho. Tampoco se ve intervenir a la seguridad.


https://x.com/bukaneros92/status/938120330442395649?s=20

 

En ese mismo partido, el sevillista En-Nesyri sufrió insultos racistas. Para más escarnio y por el tiro de cámara, diría que venían del único fondo con grada del estadio. Sí, donde de sitúan mayoritariamente los de la vida pirata. Bukaneros nada dijo de lo sucedido ese día. El único, y le honra, es el periodista Carlos Sánchez Blas, habitual del estadio y que habló de gestos poco edificantes que se pueden ver. Como he dicho al principio, en cualquier estadio. Pero este al menos critica en los suyos.

 

No me quiero imaginar la reacción de la izquierdita zaragozana si esto pasa en La Romareda. Sería el ejemplo para justificar su aversión al club más popular de su ciudad y aprovecharían para generalizar.

En la siguiente jornada fue otro menor el que profirió insultos y gestos racistas a Vinicius. Tampoco nadie de su entorno de la grada le recriminó absolutamente nada. Demostrándose que una cosa es presumir de valores y otra es tenerlos. Quien los tiene no necesita publicitarlos y se le reconoce por los demás por sus hechos. Curiosamente parece que a la semana siguiente eran las jornadas antirracistas de Vallecas. Consejos vendo que para mi no tengo.

No hay comentarios:

De pancartas y señoros

 El Real Madrid visitó El Sadar y una vez más Indar Gorri se hizo notar. Gente anclada en la época de cuando tiraron el petardo a Buyo y que...