Los muchachos de Nuevas Generaciones no suelen salir a la calle, por varias razones. La primera es que no va con ellos la acción en la calle, que suena a rojo, sino en los despachos y pasillos. La segunda es que no tienen razones para salir a la calle a quejarse ya que sus intereses coinciden con los de la clase dominante. Y si no están de acuerdo ya tienen a las fuerzas del orden para contener a los manifestantes.
Sin embargo, sí salieron en el caso de las preferentes, asunto por el que muchas personas, mal asesoradas, han perdido sus ahorros por una publicidad engañosa. Partiendo de la base de que en el capitalismo nadie da duros a cuatro pesetas, también hay que valorar cómo se han publicitado y colado a gente mayor y poco conocedora del oscuro mercado financiero. Dinero de unos ahorros de toda la vida para tapar el agujero de los grandes bancos.
Resulta lamentable y bochornoso ver las burlas a una persona angustiada por haber perdido sus ahorros. El desprecio clasista. Ellos sí tienen buenos asesores, ellos no son afectados. En este caso hacen de elemento de choque de la burguesía frente a la gente. Por mucho que luego sacaran un comunicado solidarizándose con los afectados el daño ya está hecho. Y su partido, el PP, tiene mucho que ver en ello por haberlo permitido por su pasividad.
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