jueves, 28 de abril de 2011

Votar a la persona e ideología

Sabido es que en un pueblo las ideologías no son tan importantes como en la ciudad o el gobierno de un territorio más amplio. Se gobierna para todos y casi todo el mundo se conoce, por lo que puede haber alianzas que no se ven en otros sitios o que todos los concejales tengan alguna responsabilidad de gestión. Esto es saludable y hace que todas las opiniones estén representadas, aunque la mayor responsabilidad y quien asume las labores de mayor calado es el partido que tiene la alcaldía.

Dicho ésto hay una cosa que no me gusta. Y es el excesivo peso que tiene el cabeza de lista. Esa costumbre de votar a la persona y no tanto al partido. Puede provocar casos como que una persona pueda presentarse por varios partidos y le voten fielmente, aunque teóricamente defiendan ideas distintas. Hay ahí una falta de formación política o de escrúpulos en el candidato. También puede ser que sea una buena persona pero le venga grande el gobernar y en realidad gobiernen sus acompañantes y la gente le atribuya méritos ajenos. O directamente sus compañeros tampoco tengan gran capacidad. Otro caso es que el candidato esté capacitado pero sus acompañantes no. Esto provocará dificultades para gobernar y que éstos sean fácilmente manejables por el alcalde y sea un gobierno personalista.

También puede ocurrir que una persona arrastre simpatías y votos, pero también antipatía, bien personal o por su acción política. Lo que eliminaría el supuesto beneficio de un candidato resultón o incluso podría llegar a ser negativo. En este caso estaría perjudicando la buena labor de gobierno de sus compañeros en caso de que repitiera candidatura, o haría de menos el llevar una candidatura con gente preparada.

Por todo lo dicho mi opinión es que si bien hay que llevar de cabeza de lista a alguien que sea conocido, no se puede caer en la mera búsqueda de votos. Es mejor alguien neutro que alguien que provoque rechazo. Lo mejor es explicar bien el programa y tener claras las ideas y ser capaz de presentar bien tus logros en caso de haber gobernado, también a lo largo de esos cuatro años, para evitar aroma electoralista. Es más importante la ideología y las personas, lo que hará que el proyecto político pueda perdurar más que si se basa en una persona. Las personas en política tienen que estar de paso, a servir y no a servirse, y le seguirán otras personas que defenderán esas mismas ideas. Trabajar para formar un grupo de personas afines ideológicamente, donde todas participen y se sientan importantes, saber mantener la motivación y darle continuidad al proyecto político.

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