Una buena y a la vez extraña noticia en estos casos de pueblos abandonados por la construcción de un embalse. Es raro ver que puedan volver a la vida. Aunque este fuera un caso especial y que calcularan mal la lámina de agua. Pensando que iba a ser sumergido y no fue así por el embalse de Búbal en 1969. Denegada la reversión en 1989 y siendo cedido a la Cruz Roja que rehabilita alguna casa. Volviendo la propiedad a sus dueños, ahora en estado ruinoso y que precisa su rehabilitación. Con el apoyo de Biescas y Piedrafita de Jaca, más el trabajo de la asociación de antiguos vecinos. Una historia con final feliz que ojalá pudiera verse en tantos despoblados de nuestro país.
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