Resulta lamentable ver como los intereses económicos privados y capitalistas, obtienen mejor respuesta en el poder política que peticiones sociales largamente demandadas. Como puedan ser la ley de servicios sociales, la ley de la montaña o la ley de lenguas. Proyectos que llevan años atascados y que en tan sólo dos meses y medio se tramite y apruebe la ley de centros de ocio de alta capacidad, o Gran Scala. No por habitual resulta menos lamentable. Es indicativo de los intereses que mueven a la mayoría de políticos. No por tener un nombre rimbombante esconde lo que hay detrás. Una ley de dudosa legalidad. Pero los inversores ya tienen lo que esperaban, el amparo de una ley hecha a medida. Por más avales que pidan. Uno se pregunta dónde están los iniciales. Uno se pregunta por qué no se dan esta rasmia con las leyes citadas anteriormente y que sí interesan a la sociedad.
Mientras esto ocurre, Los promotores, en este caso el socio industrial de ILD, siguen enfrascados en asuntos poco claros, como pagar tres millones de euros para evitar una condena. Poca confianza pueden inspirar. ¿por qué se les hace la vista gorda?
Mientras esto ocurre, Los promotores, en este caso el socio industrial de ILD, siguen enfrascados en asuntos poco claros, como pagar tres millones de euros para evitar una condena. Poca confianza pueden inspirar. ¿por qué se les hace la vista gorda?
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