Observamos la composición del consejo del agua de la cuenca del Ebro. El reparto de éste tipo de organismos, lo hemos venido criticando por su injusticia, parcialidad y desproporción. Dando lugar a decisiones ya tomadas de antemano, mayorías pactadas, falta de transparencia y de participación. Cuenta con 86 componentes: 27 de los usuarios (regadíos, abastecimientos, energéticos y otros usos) (31 %); 34 de las Comunidades Autónomas de la Cuenca (Cantabria, País Vasco, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Navarra, La Rioja, Aragón, Cataluña y Comunidad Valenciana) (40%); 14 de la Administración General del Estado (16%); 2 de organizaciones agrarias (2%); 2 de organizaciones ecologistas (2%) y 7 del resto de los departamentos de la Confederación Hidrográfica del Ebro(9%). Afectados 0. Porque sólo tienen el aval de los ecologistas, mientras que en el resto de grupos representados, es fácil encontrar alianzas. Aparte que es fácil deducir quienes van a ir. Éstas mentes pensantes van a debatir el Plan Hidrológico del Ebro.
Uno tiembla pensando qué concepto manejan de caudal ecológico. Posiblemente hasta dónde podemos exprimir un río haciendo ver que cuidamos de su buen estado. O dónde se queda el concepto de unidad de cuenca y cómo se compagina con poner de acuerdo a administraciones con posturas contrarias.
Cómo lo van a compaginar si se está llegando al límite de los caudales disponibles, ahí supongo que tratarán el tema del caudal ecológico. En una cuenca que ha perdido el 25% de su caudal los últimos veinticinco años.
Cómo lo van a compaginar si se está llegando al límite de los caudales disponibles, ahí supongo que tratarán el tema del caudal ecológico. En una cuenca que ha perdido el 25% de su caudal los últimos veinticinco años.
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