sábado, 1 de marzo de 2008

Derechos de los no cazadores

Recibo éste correo electrónico para el que piden difusión. En homenaje también a Ismael Talarn, de la Plataforma en Defensa del Ebro (Tortosa) fallecido en enero de 2007 a causa de un accidente en una cacería en la que él no participaba, mientras practicaba senderismo. Acción de la que piden responsabilidades. Para firmar como no cazadores y defender los derechos de los que no practican la caza y quieren disfrutar de la naturaleza sin aprovecharse de ella.
La caza genera agresiones a la naturaleza, viene dando lugar a numerosos conflictos sociales y resulta éticamente reprobable pues se desarrolla fundamentalmente con fines económicos o lúdicos.

En España, la caza provoca cada año la muerte de 50 millones de animales, utilizando para ello más del 95% del territorio. Envenena el medio ambiente y, en particular, a la avifauna con el vertido de unas 6.000 toneladas de perdigones de plomo. Pone puertas al campo mediante la colocación de cancelas y el levantamiento de miles de kilómetros de vallados cinegéticos. Provoca la desaparición de la fauna silvestre autóctona mediante sueltas incontroladas y, sobre todo, a través del uso todavía muy extendido de venenos, lazos, y cepos para acabar con los depredadores. Da lugar al maltrato animal, no sólo de las víctimas de la caza, sino también de los perros que se emplean en rehalas y cacerías.

La defensa de los no cazadores

En contraste con una actividad tan agresiva como la caza, cada día son más numerosas las personas que usan el medio natural de forma pacífica y respetuosa. Diversificándose las actividades ligadas al disfrute de la naturaleza y generando una creciente renta económica en el medio rural. Este es el caso del senderismo, la bicicleta de montaña, las rutas a caballo, el montañismo, el piragüismo, la observación de aves y un largo etcétera.

Pero la intensificación creciente de la caza y la falta de una regulación y control acorde a los tiempos que vivimos altera, cuando no impide, que se lleven a cabo estas actividades en condiciones de seguridad y tranquilidad.

La caza condiciona el paso de las personas y aleja el contacto con las especies animales, limitando múltiples actividades que sí son ambientalmente responsables.

A pesar de todo lo anterior y de manera incomprensible, un millón de cazadores, que supone menos del 4% de la población española, ha conseguido supeditar el derecho de una gran mayoría no cazadora a la práctica de una actividad controvertida y excluyente dónde las haya.

La Constitución Española dice en su artículo 45 que todos tenemos el deber de conservar y el derecho de disfrutar del medio ambiente, y sin embargo eso no es factible cuando en el terreno por el que paseamos está permitido cazar.

Por todo ello, por el respeto a los no cazadores y por combatir los impactos de la caza, se ha impulsado desde Ecologistas en Acción el Registro de personas NO CAZADORAS, para que se inscriban en él quienes han renunciado a la actividad cinegética y quienes reclaman el reconocimiento de los derechos de los no cazadores a disfrutar del medio ambiente y de la convivencia con los animales.

Se pretende que el Registro de no cazadores
sirva de referencia y punto de encuentro entre personas interesadas en la iniciativa y en el que los que se inscriban hacen suyo el siguiente MANIFIESTO:

- Declaro públicamente mi condición de no cazador.

- Reclamo mi derecho a disfrutar de la naturaleza sin estar sujeto a la amenaza y el ruido de los disparos de los cazadores.

- Reclamo mi derecho a deambular libremente por los espacios y vías públicas sin estar sujeto a las restricciones y obstáculos a que da lugar la actividad cinegética.

-Declaro mi compromiso de disfrutar de la naturaleza responsablemente sin dañarla ni molestar ni perjudicar a terceras personas ni a sus bienes legítimos.
Ecologistas en acción

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