La Federación de Barrios, en su asamblea anual, exigió a la DGA que suspenda el proyecto Gran Scala. Por ser insostenible y contrario al desarrollo rural. Nos genera cierta vergüenza ajena ese regusto a ¡Bienvenido, Mr. Marshall!, cargado de riesgos e intereses oscuros. Exigimos al Gobierno de Aragón que suspenda cualquier decisión relacionada con el proyecto y que abra un amplio debate social sobre las necesidades reales de la comunidad. La oposición de tantos movimientos sociales, debería llevar a la reflexión al gobierno aragonés, y si se pude ir en contra de ellos.
También se aprobó otra moción que rechaza la instalación de una base de espionaje de la OTAN en Zaragoza. Aquí entra un punto importante y motivo principal del artículo. El reproche a la escasa incidencia del Consejo de la Ciudad en la toma de decisiones. Solo se ha convocado en dos ocasiones y más para informar que para participar. El movimiento vecinal debe tener más peso en las decisiones municipales y para eso es imprescindible dotar de contenido al Consejo de Ciudad y fomentar la participación en todas las áreas del ayuntamiento. Para que la democracia sea algo más que ir a votar, sino algo cercano y participativo. Y éstos organismos no sean decorativos, porque seguro que luego serían empleados para dar firmeza a otras decisiones, si contaran con su apoyo. Limitada esa libertad por la nueva ordenanza de convivencia ciudadana y la utilización del espacio urbano. Como se pudo comprobar en la acampada del puente de Piedra. También criticada esa ordenanza.
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