La patochada con la que sorprendía el gobierno riojano a finales de julio, ha sido admitida. Un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional. Ahí se juntan el desconocimiento hidráulico, con el nacionalismo españolista. La Rioja no deja de ser una de esas comunidades autónomas pequeñas, tranquilas, dónde no hay grandes diferencias ni grandes problemas. Tampoco tienen una tradición de autogobierno, ni especialmente identitaria, son riojanos pero antes españoles. Fruto de todos estos factores y otros, hay predominio del sentimiento conservador. No es peyorativo, que cada piense como quiera, pero que no meten sus narices dónde nadie les ha llamado ni tienen arte ni parte. Defendiendo además lo más rancio del españolismo, porque se callan cuando es en sentido contrario.
Se basa el recurso por la regulación del derecho al agua, la fijación de los caudales ambientales, las competencias de los cauces intracomunitarios e intercomunitarios y la reserva de agua de 6550 hm3. Deben pensar que es malo que los ríos lleven agua al mar, pero luego se quejan de la reserva de 6550 hm3, prefieren que el agua se desvíe a Levante, porque nada dijeron de la intromisión del estatuto valenciano para caudales sobrantes de otras cuencas, son del PP como ellos. Ni que ello afecte a otras comunidades. Es kafkiano que al igual que a nivel estatal se opongan a la reserva citada, cuando es la mejor garantía de trasvase, la regulación la reconoce como necesaria el PHN del PP. El fondo es un colonialismo hidráulico y de la soberanía del agua aragonesa, sus recursos hídricos son codiciados por otros, que son los que tienen finalmente el poder de decisión. Más cuando el estatuto aragonés, digan lo que digan, no protege contra el trasvase.
Nuevamente no se conforman con la humillación que es el nuevo estatuto, sino que hay ensañamiento. Es un texto alicorto y falto de miras, y aún así se empeñan en hacerlo más pequeño, recurrirlo, poner trabas. La intromisión en los recursos aragoneses. La pesada mano del colonialismo y la mentalidad de dominación. ¿Qué gana La Rioja con esto? No soporta ningún gran embalse de regulación, pero su caudal con un trasvase se puede ver afectado, pero como es solidaridad a la española no les importa, en su comunidad, y en el caso del PP cierta opulencia y prepotencia. Sería mejor como casi vecinos, con cosas en común e intereses comunes, volcarse en ello, en colaborar, encontrar vías de entendimiento que beneficien a ambos, como parte del valle del Ebro. Pero la falta de miras, el desconocimiento y el sectarismo político llevan a lo contrario.
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