martes, 7 de agosto de 2007

Micromuerto, microhumanidad

En julio la Confederación Hidrográfica del Ebro, celebró unas Jornadas de Estabilidad de Laderas en Embalses. No podía ser mejor elegido el lugar para las barbaridades que se soltaron . La total falta de sensibilidad de ciertos ingenieros, que de una manera soberbia, prepotente y despótica se creen capaces de dominar la naturaleza para satisfacer su ego. Lo demás debe ser daños colaterales, como Vajont, o lo que se cuece en Yesa. Es vomitivo, da nausea y demuestra la microhumanidad de los ponentes. En eso valoran la vida humana. Por debajo de su ego. La perspicacia de Marisancho nos presenta las más significativas y nauseabundas conclusiones y declaraciones de éstas jornadas. En la línea de la alegría del colegio de ingenieros de Zaragoza con Yesa, ya comentada, a través de su decano Ocejo. El interés económico y el ego por encima de cualquier cosa. Para leerlo entero.
René Gómez López de Muniaín:
Desde hace algunos años, algunos colectivos relacionan cualquier embalse con lo ocurrido en Vajont, es el denominado 'efecto Vajont antiembalses' . Sin embargo, no les ha parecido oportuno destacar las singularidades que acompañaron los acontecimientos.
Vajont nos ha enseñado que estos eventos son posibles y nos ha mostrado sus desagradables consecuencias.
Es evidente que el ser humano se ha desarrollado porque ha aprendido de sus errores, siendo más grato todavía si se aprende de los ajenos.
Antonio Soriano Peña
El riesgo aceptable. Promueven el uso de una unidad de medida que denominan el micromuerto. Equivale a una probabilidad anual de muerte de una persona de uno en un millón.
A ellos, a los creadores de éstas barbaridades, siempre les pilla en otra parte. Viven lejos de ellas.

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