jueves, 21 de septiembre de 2006

Día nublado y ventoso

Por aquí nos ha llegado los despojos del Gordon, tan sólo días ventosos y con chubascos. Aún así estos elementos impresiona el efecto que produce. Uno vuelve a comprobar el poder de la naturaleza, lo estúpido que es querer dominarla, la naturaleza nos ayuda si se le trata con respeto, desbocada es imparable para el ser humano, se ve impotente. Lo veo desde esa perspectiva. Además son días con una luz extraña, bella, como si quisiera mostrar el poder que tiene. Una de las luces más bellas me parece que es cuando sale el sol, entre las nubes, después de un chaparrón, reflejándose en el agua que está todavía sobre los árboles, tierra... Otro ejemplo, destacado por gente con sensibilidad artística, es la luz en Zaragoza los días despejados y con cierzo, espectacular, sobre los edificios de ladrillo que le dan su personalidad. Estos días donde la naturaleza impone, también nos pueden llevar a la reflexión, por que no mirando protegidos desde la ventana, sin tener que lamentar la desgracia que puede llegar a provocar. Son días extraños y por ello, quizá especialmente propicios para el pensamiento y la reflexión.

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