domingo, 6 de agosto de 2006

Motos y quads

Nunca me han atraído especialmente los vehículos de motor. Sí que tengo el carnet de conducir, porque es útil. Voy contracorriente dada la gran afición que hay al mundo del motor. A cualquier cosa con ruedas que se mueva sin esfuerzo físico y hacer el cafre. Quizá sea por los recuerdos de mi infancia, oir pasar de noche a toda velocidad las motos sin tubo de escape bajo el balcón, especialmente los fines de semana, bueno, y a otras horas también. No entiendo que la diversión se haga haciendo ruido, como hacen un número significativo de personas, lo entiendo como una cuestión de civismo y convivencia. Fácil es deducir de donde viene mi afición a salir en bici, aunque tampoco es incompatible lo uno con lo otro. De esta forma disfruta uno del entorno, y no a costa de él, sabiendo apreciar su encanto, pero para ello hay que tener un mínimo de sensibilidad, que hay bastante gente, no sólo estos, que carecen. Aparte que te ayuda mentalmente, a ser más fuerte y a tener capacidad de sacrificio. Me gusta el silencio, la tranquilidad, disfrutar de la naturaleza tal como está. Embutido en un casco, si lo llevan, o con un ruido ensordecedor, no se puede, aparte que no dejo al siguiente que viene disfrutar del entorno tal y como estaba.


Brrmm, brrmmmm, brrmmmmmm, ¡que bueno soy!
Sobre todo en verano, tanto en el pueblo como la ciudad, demuestran su falta de respeto por los demás. Acelerones innecesarios para hacer ruido, ir a gran velocidad, invadir aceras y parques, conducción temeraria... no hay más accidentes ni desgracias por pura suerte. Es una muestra más de la falta de urbanidad y de respeto a la convivencia. Por no hablar de algunos con los coches, preferiblemente tuneados. No es tanto la molestia que causan, no saber divertirse sin molestar a otros, sino el fondo que lo provoca. Además ves como la policía pasa y no dice nada, cuando por ejemplo sí sanciona a los bares que se pasan de decibilios, con estos mozalbetes aparte de decibilios son infracciones de tráfico. Luego habrá que lamentar daños a personas, es raro que no ocurran más accidentes. Pero parece que el dinero de una buena multa es lo único que puede escocer a estos imprudentes. Y que rompan el motor en uno de esos acelerones, para que les salga cara la tontería. ¿Se la pagará papa para que no moleste en casa? más de uno seguramente. Gamberros en todo caso y de diversa procedencia social.
Más indignante es la actitud chulesca y desafiante de los pilotos profesionales de trial y enduro, vaya nombre enduro para un deporte. Quejándose de si son tratados como delincuentes y que no pueden entrenar, si destrozas un patrimonio de todos o lo pones en peliro, es lógico, a fin de cuentas será habilidoso pero absurdo ir superando esos obstáculos, tendría que limitarse a lugares específicos y cerrados, no en la naturaleza. Que si no van a salir campeones, fíjate, me quita el sueño. ¿Qué gano con que salgan? No contribuyen a nada más que a satisfacer su ego, o a glorias patrióticas que no me dicen nada.Y además presumiendo de que escapan de los guardas forestales, cuando incumplen la prohibición. Da cuenta de su nivel de civismo y chulería. La sanción debe ir en consonancia.
Un vehículo pensado para arrasar y molestar.
En este contexto es lógico el éxito de los quads. Un vehículo divertido dicen, claro para quién se divierte haciendo ruido, arrasando lo que pisa, eso sí dicen que es peligroso en las curvas ir a gran velocidad, seguro que más de uno lo ha probado y aún presumiá de ello. ¿Qué se puede esperar de un vehículo que regalaba a mansalva un programa tan chabacano como El precio justo? Un ruido ensordecedor, el suelo tiembla cuando pasa, el conductor se debe sentir con poder. La ventaja de estos vehículos, también las motos, es que les puedes dar recuerdos cuando te obligan a parar y bajar la cabeza a una orilla del camino, no te van a oir.
Ruido y destrozo.
No lo he citado aún, en las motos, incluyo las motos de agua, una forma más de molestar a los peces y bañistas, de que cualquier mortal se crea por un momento Mitch Buchannon y que está en las soleadas playas angelinas. Quizá el colmo de la ridiculez sean las minimotos, que también causan sensación entre los aficionados al motor, ya se sabe la cantidad de entendidos que hay en la materia. Expertos en trucar más que nada. Primero parece que están poniendo en marcha un cortacesped, después se suben y parece que van en una postura para un apretón en el campo, es cómo ver a alguien que no es un niño montado en un triciclo. La ventaja es necesitar menos espacio para hacer el cafre. ¿Qué será lo próximo? ¿El triciclo a motor?
Haz fuerza y que salga a todo gas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola.
Entiendo perfectamente tu crítica al bestialismo motorizado, aunque me gustaría hacer algunos apuntes desde otra perspectiva.
Yo soy usuario de motos de campo, aunque quizá de esos que no salen en España directo haciendo caballitos y huyendo de los forestales. Soy consciente de que por el mero hecho de existir, estoy degradando el medio. Cada vez que enciendo una bombilla, que tiro de la cadena, y, por supuesto, cada vez que salgo con mi moto, o voy en coche a trabajar...
Eso no me impide tratar de ser respetuoso con los demás, pasar despacio al lado de los caminantes, parar la moto si me cruzo con alguien a caballo, o no salirme de los caminos marcados, que no dejan de ser el signo de nuestra presencia siempre degradante en el medio ambiente.
Pero te diré que también soy escalador, senderista, ciclista de montaña y otras muchas cosas, y consciente también de que puedo molestar a los demás, incluida la naturaleza en "los demás", con cada uno de mis actos. Podría quedarme en casa, poner el "National Geographic", y limitarme a ser mero observador para no alterar el medio. Pero formamos parte de el. No quiero hacer demagogia y decir que por ello estamos en nuestro derecho de adueñarnos del campo y cargárnoslo. Creo que debemos tomar conciencia, con educación, de nuestros actos, y tratar de minimizar las consecuencias. Pero me parece que la única manera de que no alteremos el medio es desaparecer, aunque, en si, al desaperecer, alteramos el medio del que somos parte.
Cambiando de tema, pasamos a las prohibiciones. Desde luego, prohibido o no, a mi no se me ocurriría coger mi moto y plantarme hoy en día en La Pedriza, por poner un ejemplo muy claro de lugar tomado por los caminantes (y muy degradado, por cierto). Quizá hace cincuenta años, se podía hacer sin molestar a nadie, pero evidentemente hoy en día somos demasiados, así que creo que lo lógico sería tratar de hacer una regulación lógica, que no es tan simple como una prohibición total, que nadie cumple, igual que si mañana prohíben salir al campo en bici o andando (lo primero mucho más cerca de lo que algunos piensan...) dudo mucho de que la gente se vaya a quedar en casa. Lo razonable sería buscar los lugares donde cada actividad produce una "degradación tolerable", para salvaguardar otros para otras actividades, regular el acceso al medio, como ya se hace en algunos lugares (La Pedriza entre ellos). No sé si los medios para poner esto en práctica son demasiado complejos. Creo que también hace falta mucha educación, ecológica y de la otra, y también tolerancia hacia los demás.
Para hacer otro apunte sin extenderme demasiado, creo que en nuestro país es clave el tema de la caza, ya que si te dás una vuelta por el campo, verás que la gran mayoria son cotos de caza. No voy a hablar del imperio del señorío y del caziquismo, no del yo en mi finca hago lo que quiero, que esto dá para otro blog entero, pero, aunque la caza en sí no me suscita ningún interés, me doy cuenta de que es al fin y al cabo una explotación del medio como la ganadería o la agricultura. Y aunque a priori se pueda pensar que no dá de comer a nadie, que no es del todo cierto, en cualquier caso prefiero disfrutar del monte "menos alterado" de un coto, que si se prohibiera la caza, y los dueños de las ficas las dedicasen a otras actividades, seguramente mucho más dañinas. Pero es más fácil tomar la postura demagógica de "que lo prohíban", sin pararse a mirar si hay una alternativa realista y sostenible. Eso si, cuando he disfrutado atravesando los cotos de Ciudad Real con mi moto, encontrando a mi paso una y otra vez puertas cerradas con candado en caminos públicos con servidumbre de paso, no deja de parecerme gracioso que algún guardés, celoso de su trabajo, me increpara primero por atravesar un camino público que ellos habían cerrado (ilegalmente), y luego por "asustar a los animales" (¡si ellos los matan, joder!). Asumo, a mi pesar, que otros muchos antes habrán pasado haciendo el animal, pero seguro que otros muchos más pasaron sin hacer demasiado ruido, y seguramente, sin ser vistos. Tengo que decir, de todos modos, que a pesar de conducir mi "ruidosa aunque no tanto" motocicleta (con su escape homologado) que pude disfrutar de un amanecer en compañía de unos ciervos que estaban pastando, y que al vernos (nuestras motos detenidas para disfrutar el espectáculo), fueron cruzando uno a uno delante nuestro, las hembras delante, y el macho, guardando el grupo, detrás, y aún se quedó algunos minutos observándonos con curiosidad a unas decenas de metros antes de perderse en la llanura.
Bueno, me he enrollado como las persianas, pero resumiendo, y cambiando aquello de "el peligro no está en el arma, sino en el que la lleva", el arma la llevamos todos (moto, bici, zapatillas, arnés y cuerda, crampones...), pero nosotros decidimos como la utilizamos. Y como vemos cada día en las manifestaciones, un puñado de capullos haciendo el gamberro puede hacer mucho ruido, y probablemente los telediarios hablen más de ellos, que de los miles de manifestantes que van detrás ejerciendo con respeto su derecho, y hacen, además, un flaco favor a la causa por la que estos segundos protestan. Y a pesar de ellos, afortunadamente, no se prohibe manifestarse. Casi nunca...
Por último, comentarte que como motorista a mi me jode como al que más ver pasar a algunos energúmenos con ciclomotores (los más) o motos, con escapes de competición no homologados (que no sin escape) que hacen un ruido ensordecedor. Pero parece que para solucionar esto no hay tantos medios como para perseguir a los motoristas (delincuentes o no) del campo...

Alejandro dijo...

HOla

Gracias por el comentario, sobre todo por el tono constructivo. Por supuesto, como dices hay usuarios más respetuosos que otros, mi comentario iba para los no respetuosos, quizá los que más he conocido, también destacan más que los que tratan de causar el menor daño posible. La clave está en el respeto, intentar no molestar a otras personas que usen el mismo camino, no dejar grandes roderas, respetar las prohibiciones.

Respecto al tema de la caza da para mucho, empezando por la munición de plomo, que parece que la están dejando poco a poco, los desalmados que ponen cebos de veneno, que salvo matar a quien buscan lo hacen con otros animales y pasa a la cadena trófica.

Un saludo

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