viernes, 13 de enero de 2006

Saber ganar

Cuando practicamos un deporte es una de las cosas que nos recalcan, saber perder y también saber ganar, quizá más difícil. Hay gente con un ego irresistible para ellos mismos, a falta quizá de otras cosas, o con menos luces que el cuarto oscuro de un local de ambiente. El deporte a edad adolescente creo que es para otra cosa, al menos en la teoría.
Yo jugué tres años en un equipo federado, compitiendo en la Liga Provincial. El primr año tenía el hándicap de tener un año menos que la edad mínima de la categoría. Además nos enfrentábamos a equipos, no se la razón que tenían gente de 16 o 17, o eso aparentaban, algunos con barba cerrada, y yo imberbe con 13 años.
Recuerdo un partido contra el equipo superior del club, un derby vaya. A mi como pivot los minutos que jugué tuve que emparejarme con dos tiarrones. Un chico de aproximadamente 2,10 a quien no había quien le rebanara un rebote, me sacaría 20 cm. Y otro de 1,95 todo músculo y rápido de movimientos, era como una roca. Aquel equipo era de los mejores en la historia del club, su profundidad de banquillo les hacía jugar con gran intensidad, algunos siguen jugando en senior, 12 años después de esto.
A lo que iba. Destacaba un alero tirador, casi con más pelo en las piernas que en la cabeza, por no decir una grosería. Sigue hoy su rol de anotador. Por entonces debía creerse la sucursal local de Michael Jordan, autosuficiente, ¿recordais lo del ego? Llega la última jugada del partido, marcador de 98-33, ven la posibilidad de un marcador doblemente redondo, hacen una jugada ensayada, lo observo desde el banquillo. Obviamente jugada para MJ, mueven rápido el balón y se queda solo cerca de la bombilla, adentro el tiro. Objetivo cumplido, no llorará en su cama por haberle fallado al equipo y sobre todo a sí mismo.
Tras encestar, grito de júbilo con salto incluido y brazos al aire, sonoro, de todos sus compañeros. MJ entra en éxtasis, se recorre la pista con los brazos extendidos, uaaa uaaaa, gritando convencido de su hazaña. Ha completado la humillación deportiva (lógica) y la moral (innecesaria y mezquina). Tiene todos los fundamentos baloncestísticos menos el más importante: respeto al rival. Supongo que su entrenador le diría algo en el vestuario.
Recuerdo el entrenador que tuve los dos años siguientes. Un día nos hablaba de eso, del respeto al rival, y nos dijo esta misma jugada y la reacción de MJ, incluída la carrera y los gritos. Le puso en su sitio. Estaba en la grada presenciando el partido y lo recordaba como ejemplo a no seguir. Por cierto yo tengo pelo abundante y bonito, cretino.

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