jueves, 20 de junio de 2024

El órdago de Jorge Pueyo

 Si por algo destaca Jorge Pueyo es por su atrevimiento y por no dejar a nadie indiferente. Luego se puede estar más o menos de acuerdo con sus posiciones y con esa querencia por llamar la atención. Algo especialmente significativo esto último tratándose de un diputado aragonés, que habitualmente quedan diluidos en el maremágnum parlamentario y la obediencia de partido. No creo que ni siquiera Labordeta, pues este siempre fue por libre, haya demostrado una mayor obediencia territorial que Jorge Pueyo. Quizá Emilio Gastón con el PSA.

Y eso es lo que pasa cuando alzas la voz. Literalmente en el caso de Jorge Pueyo por su aderezada gestualidad. Al caso de su (no) negativa a la financiación singular para Cataluña. Eufemismo que esconde que nuevamente serán otros territorios del Estado los que vean menguadas sus atenciones. Circunstancia ya advertida por Izquierda castellana, los tejemanejes del PSOE y su manera de agarrarse al poder, no puede hacer más pagano a la España interior en sus negociaciones con la burguesía catalana y vasca. Un día habrá que abrir ese melón.

Todos esos "internacionalistas" que cargan contra Jorge Pueyo por pedir únicamente un trato igualitario con Aragón. Tal y como se recoge en nuestro estatuto de autonomía en el tema de la hacienda propia. Habrase visto. Desde cuando en la estructura del estado español le corresponde a Aragón un trato igualitario. La palabra clave es anticatalanismo. Porque por ejemplo antiaragonesismo no entra en sus cabezas. Dónde están esos "internacionalistas" para apoyar el pago de la deuda histórica del Estado con Aragón, cifrada en 20.000 millones. Dónde están esos "internacionalistas" para denunciar el expolio energético, rumbo mayormente, casualidad, a País Vasco y sobre todo a Cataluña con una autopista energética en proyecto. Unicamente creo recordar a Bildu y por sus consecuencias medioambientales. Dónde estaban esos "internacionalistas" cuando en el tema de Sigena recibíamos insultos. Pues donde han estado, estarán y están casi todos, posicionados con el fuerte. A la fin no es lo mismo ser revolucionario en Hernani que en un pueblo perdido de Aragón. Es en el segundo donde hay que demostrar mucha más personalidad. Y por supuesto, callados ante las constantes amenazas de ruptura de pacto emanadas por Puigdemont. El sí puede, por supuesto. Tampoco ahí tienen contradicción alguna en empatizar con semejante personaje.

Esta gente nos ha asignado a los soberanistas aragoneses el papel de comparsas. Amigos mientras no cuestiones. Y cuando se entra en debate es donde se ve como son de verdad las personas y se reduce mucho quienes nos tratan de igual a igual. Nos quieren para en un entorno difícil defender sus posturas en base al "internacionalismo", aún a costa de nuestro propio crecimiento e implantación. Una cuestión que se la trae al pairo. Y que por supuesto no es recíproca salvo contadas excepciones. Aquí incluiría a la progresía españolista que por lo general no tiene ni idea de lo que pasa aquí y cree que sus recetas son válidas para todos. Elección tras elección nos traen sus inventos que vuelven a fracasar.

Es hora de aunar fuerzas. La última asamblea de Puyalón hace el análisis en ese sentido. Nos va mucho en ello. A pesar de que en nuestro entorno veo demasiado ego y sectarismo y hasta notables faltas de educación. Hay una generación joven que ese debe ser su principal objetivo. No llevan mochilas del pasado.  No es que me haya vuelto simpatizante de la Chunta, sigue habiendo en ese partido personas que políticamente me causan repugnancia y que siguen sin asumir sus errores e injusticias con sus propios compañeros. Pero en ese atrevimiento de Jorge Pueyo habla sin tapujos de su oposición a Mularroya y el trasvase del Jalón, y con eso tiene mi respeto. Aunque luego se pueda disentir. Como que ir de la mano de partidos de ámbito territorial que defienden una financiación autonómica donde principalmente se atienda por población, perjudica notoriamente a Aragón y no creo que sea la mejor manera de conseguir el objetivo. Eso sí, en una partida de póker hay que saber jugar no solo las cartas sino cuando lanzar un órdago, porque si no se cumple ya se sabe lo de jugador de órdagos que no se acaban creyendo. Y el PSOE es experto en moverse en ese juego.

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