Tras el cierre de la central nuclear de Garoña, no deja de dar quebraderos de cabeza y quiebros por parte del gobierno a ver si puede reabrirla. Lo que sería una burla a la seguridad pública y un favor a la empresa. Ya lo deja bien claro Saenz de Santamaría alegando motivos económicos y no de seguridad. Lo que no puede ser es que con dinero público se haga rentable la actividad de una empresa privada. Y más una nuclear de la que todo el mundo conoce sus especificidades en cuanto a vida útil y la importancia de la seguridad. Si Nuclenor alega que los nuevos impuestos no hacen la actividad rentable, pues a cerrar. En el mundo capitalista que defienden es así. Miles de autónomos han tenido que cerrar sus negocios por la crisis y nadie ha ido a salvarlos. En cuanto a los interesados trabajadores y cuñados, expertos en seguridad, pueden ir trabajando en las labores de desmantelamiento que la empresa asegura haber iniciado. Los que vivimos en el valle del Ebro estaremos más seguros.
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