Sabido es la vidorra que se ha venido pegando el monarca desde tiempo ha, a pesar de la complicidad del silencio de los grandes medios, que no solo han tapado estos asuntillos, como sus aficiones cinegéticas, a la fiesta y el origen de su fortuna, cuando vino a España sin patrimonio, sino que además han difundido hasta la saciedad la imagen de "campechano" y salvador de la democracia en el 23F. En uno de los momentos más bajos en cuanto a apoyo y popularidad de la monarquía, uno de los grandes pílares del régimen del 78.
Así esos poderes pretenden darle la vuelta a una infame cacería de elefantes en Botsuana. Y junto al cuñadismo juancarlista decir que "el rey pide disculpas, no como los políticos". Unas disculpas llenas de patetismo, en una actitud infantil y que más parecen decir, no me volverán a pillar. Qué fatalidad que se accidentara, ¿se hubiera disculpado si no hubiera transcendido? porque lleva toda la vida cazando. Una actitud timorata bien distinta a la prepotente de cuando llamar a Chavez, vitoreado desde España, cuando era el único de los asistentes no elegido democráticamente.
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