Con la muerte de Adolfo Aragüés se va un gran naturalista, defensor de nuestros espacios naturales, gracias a él y a la lucha desinteresada y a veces incomprendida, hoy podemos disfrutar de la laguna de Gallocanta y el cañón de Añisclo, o comprender el valor de la Alfranca o la estepa de Belchite y la que rodeaba Zaragoza. Cuando la ornitología era cosa de locos. Desgraciadamente ese legado de conservación no se respeta, con casos como el de Castanesa, Espelunciecha o la Canal Roya. Comprender el valor natural y saber apreciarlo. Colaborador de Félix Rodríguez De la Fuente en Aragón, su figura a nivel aragonés es equiparable. Divulgador de nuestra riqueza natural, debemos mantener vivo su legado.
Antes escribía más, ahora hablo principalmente del Real Zaragoza y alguna otra cosa. Blog hermano https://laochentadadeldia.blogspot.com/
domingo, 23 de mayo de 2010
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