lunes, 26 de enero de 2009

Crueldad infantil

Dentro de lo deplorable que por esencia resulta el mundo taurino, adquiere un hedor inigualable cuando se trata de niños participando del macabro espectáculo. Ahí ya paso a culpar principalmente a los padres por completo irresponsables. Aún intentando "comprender" que el niño tenga afición y que incluso venga por vía familiar muchos casos, no es en modo admisible que a un niño se le ponga en un riesgo tan evidente para su integridad. Un toro, o novillo, puede salir mermado y preparado, pero puede seguir matando e hiriendo de gravedad. Con unas consecuencias aún mayores en el cuerpo de un niño por desarrollarse. Actos así deberían suponer quitar a los padres la tutela y encerrarlos en un sanatorio.
Conocida es la trampa de que en España a esa edad no está permitido el toreo, así que se van a otro país con una ley más subdesarrollada en el asunto, como México. Por lo que parece el llamado Michelito ahí ha hecho lo que llaman una temporada triunfal. Sumando abundante carroña agonizante en becerradas y corridas. Una argucia la de las becerradas para soslayar el riesgo. Aún así se les podría acusar de explotación laboral. Su triste récord es asesinar seis novillos. Nadie lo ha hecho tan joven. Qué orgullo y heroicidad. Ya sabemos que un tic de los futuros psicópatas es la crueldad en la infancia con los animales.
Es un tema especialmente repugnante. En el que por desgracia no es un caso aislado. Otros padres inconscientes y carentes de conocimiento apoyan la carrera taurina de sus hijos. Sale cada cierto tiempo algún caso, en el que lo peor es el orgullo que muestran los padres por lo que hacen. Aún con todo sigue habiendo escuelas de tauromaquia, donde tan infames enseñanzas se siguen impartiendo. Ahí tendrían que entrar de lleno las autoridades en defensa del menor, en casos como éste.

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